88. Placer en la lógica

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Debajo de las sábanas, Emmet me sigue besando. He perdido mi short junto con mi remera, en alguna parte de la cama, hace calor y aunque me estoy quejando, muy fácilmente coopero. No sabía que podía considerarme pervertido. Lo bueno de esto, es que se mantiene el silencio, no hay necesidad de hablar. Las palabras sobrarían.

Hay cosas que no puedo nombrar, me dan vergüenza, a pesar de que entendí bastante bien los consejos del adivino. De igual modo, no se puede evitar estar nervioso. Las manos de Emmet se deshacen de mi boxer y debajo de las mantas, no veo muy bien, pero él abre su pantalón.

Sé perfectamente lo que va a ocurrir, no soy idiota. La cuestión es ¿lo electrocuto ahora o acepto las consecuencias? Quizás pueda obtener la experiencia y electrocutarlo después.

Es tan complicada esta lógica.

Veo que abre el cajón que con anterioridad movió.

—Seré sincero —habla después de todo el rato en el que estuvo callado y toqueteandome. Raro, ya se había tardado —me tome la libertad de tomar tu sangre y no fui precavido, tendremos que desinfectar eso después —Toca la herida con su dedo y luego lo desciende a dónde está el disparo de Blake —¿Te duele?

—De vez en cuando —me limito a decir sonrojado, estoy desnudo, tapado con una manta, pero obviamente él también está dentro de esta, así no puedo ni pensar en contestar.

—Entiendo.

Se siente el silencio por un momento, hasta que se oye un plástico bajo las sábanas. Vampiro agarrando preservativo, tan rápidamente que ni te das cuenta. Nótese que sigue los consejos de Darren Wein. Hablando de objetos que metió bajo las mantas, ya escucho otro sonido.

Ese momento en el que te acuerdas que hay que usar lubricante cuando eres hombre, porque te va a doler y entonces recuerdas que pudiste convertirte en chica para salvarte, pero luego rememoras que también eres virgen siendo mujer.

Sí, toda la lógica.

Entonces, cuando el calor se nota impregnado en la piel, se encuentra todo preparado para la ocasión y no queda más que sentir, llega el momento. Bajo las sábanas, mis piernas son flexionadas y Emmet termina por entrar en mí. Las siluetas de nuestros cuerpos, que están a la mitad descubiertas por las mantas, pueden notarse en el movimiento.

Seré sincero, esto es muy incómodo y odio terminantemente complacer a los demás, no es mi naturaleza, pero una pequeña parte de mí, muy en el fondo, sí habría que escarbar ahí, le agrada satisfacer el deseo de Emmet.

Es Nyx #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora