83. En el cuarto de Ace (1/2)

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Es de noche, observo el naipe que me dió Ace mientras estoy recostado en mi cama. Ya es tarde, así que nadie está despierto.

"Excepto el adivino que nos está esperando".

Dejo de mover la carta entre mis dedos y la imagen de Ace sobre Blake aparece en mi cabeza.

"Sabés que lo electrocutamos si intenta algo ¿cierto?"

"Deja de preocuparte, niño".

—¡Es que no puedo borrarlo de mi cabeza! —Me revuelvo el cabello y el naipe se me resbala —¡Ay! —Lo atajo pero cayéndome de la cama.

"No tenemos todo el día ¡Vamos!"

¡Ya voy, malditas voces mandonas!

Me levanto, guardo el naipe en mi bolsillo y salgo de la habitación. Al llegar a la puerta de Ace, acerco despacio la mano a la manija, entonces esta se abre de repente y me sobresalto.

—Te prometo que no te vas a arrepentir —dice el adivino apenas me cruzo con sus ojos y acto seguido agarra mi mano —Ven, entra —Me tira hacia adentro y cierra la puerta —. No queremos que nadie se entere, tengo que vivir un poco más —Se ríe.

—¿Entonces la carta de la muerte es para ti? —Alzo la vista al mi cuerpo de chico ser de baja estatura.

—Sí y no, hay muchos significados allí, pero baja esa tensión, puedo sentir tus malas vibras.

"Dirá las nuestras, quita esa manita de su cintura".

—Tus amigas están enojadas ¿cierto? —me pregunta —Diles que no se enfaden, sino no podré contar nada. La paciencia es virtud y hasta puede ser beneficiosa en algunos caso.

"Te estamos esperando".

—Dicen que hables —le informo la orden de las voces.

—Volvamos a tu tensión entonces —Apoya su mano en mi barbilla y pasa su dedo por mi labio inferior —. No me he olvidado de mi error —Se acerca a mi rostro —así que lo voy arreglar ahora.

Su mano me suelta y retrocedo, ya que él me lo permite. El problema es que la puerta se choca con mi espalda, entonces Ace vuelve a acercarse.

—¿Qué pretendes? —Frunzo el ceño y lo miro de arriba abajo, ya que la imagen de él desnudo regresa a mi mente.

¡Me voy a morir de la vergüenza!

—El sexo es algo muy normal —Apoya la mano a un lado de mi cabeza —tan normal como hacer cualquier cosa por primera vez, siempre da miedo. Es el miedo a lo desconocido, algo muy habitual —Se acerca a mi rostro, agarrándome la barbilla y me sobresalto, pero me mantengo callado —la confianza es muy importante para ese momento, sentirse cómodo es lo principal —susurra en mi oído y se me eriza la piel.

"Este tipo es un experto".

"¡Mátenlo!"

"¿Paciencia?"

"La estamos buscando todavía".

Su otra mano pasa bajo mi remera, entonces me sonrojo, observa como las chispas ya se ven que salen de mi tatuaje y se da cuenta que la voces se están enfadando, pero continua sonriente.

—Hay sensaciones que son agradables —Sigue su explicación y pone su cara a centímetros de la mía —y no es necesario compararlas con otras. De hecho tú ya tienes dos situaciones vergonzosas —refiriendise también a lo que ocurrió con mi hermano —pero no hay de que preocuparse, las superarás con creces.

—¿Cómo es eso posible? —me atrevo a preguntar.

—Ya ha pasado tiempo, seguro que él entenderá.

Trago saliva.

—No creo.

—Tambien puede haber una primera vez hasta para ser sincero y otra para poder confiar ¿De verdad no crees?

Sus labios rozan los míos y me quedo completamente quieto. Las voces siguen echando chispas, si no se aparta se les acabará la paciencia y habría que darles mérito, porque se aguantaron bastante.

Es Nyx #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora