34. Estar en el limbo

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Me giro porque no me interesa lo que oigo, ni me beneficia y comienzo a caminar fuera del callejón, luego por la vereda. Con las manos en los bolsillos, Emmet camina detrás de mí, así que me detengo y le sonrío.

—La vas a pasar mal si me sigues molestando.

—No fue mi intensión —dice serio —solo quería invitarte a comer.

—Mi cuello no está en el menú, bye —Me giro regresando a caminar y oigo como me vuelve a seguir.

—No hablaba de mi almuerzo, sino del tuyo.

—Ya comí, no me engañas.

—¿Y no quieres un postre? —Siento su mano en mi brazo a gran velocidad y me jala hasta su cuerpo, agarrando mi cintura, pero cuando voy a electrocutarlo con mi magia, levanta un chocolate a centímetros de mi cara —Sé que te encantan.

Me sonrojo.

—Es... ¡Es mentira! —grito alarmado, recordando lo que contó en mi cuarto, sobre que el dulce era él.

—¿Y entonces por qué te los robaste en la oficina?

"¿Lo asesinas tú o lo mato yo?"

"Con gusto".

La energía oscura sale y Emmet es lanzado hacia atrás, cayendo al suelo. Miro la piedrita que cuelga en mi cuello, dándome cuenta que se gastó su poder, para evitar que ellas hagan lo que quieran.

—A veces sirven para algo —Sonrío y me robo el chocolate que cayó al piso también, pero que como tiene envoltura, está intacto.

Dejo de correr cuando estoy alejado y abro el dulce, comenzando a caminar, dando el primer mordisco.

—Y decías que no te gustaban —Veo a Emmet delante, apoyando la espalda en la pared de la esquina de la cuadra, cruzado de brazos, pero su semblante sigue serio.

—¡Que velocidad! —Expreso sorprendido.

—Ignoras mi pregunta —refiriéndose al gusto por el chocolate.

Sonrío.

—Sí.

—Era una afirmación —me aclara y deja de cruzar los brazos para moverse, acercándose hasta mí.

—¿Y qué quieres que te diga? —Muerdo otro pedazo de chocolate.

—¿Por qué simplemente no admites lo que te gusta si solo es algo simbólico?

Bufo.

—Porque arruinaste toda mi pregunta ingeniosa y la convertiste en un acertijo, ahora no puedo amar al chocolate por tu culpa.

Se ríe.

—¿Acaso no soy delicioso? —Aparece delante de mí y me sobresalto.

—¿Qué clase de pregunta es esa? —cuestiono confundido.

—Pues puedes responderla así.

Agarra mi barbilla y se acerca a mi rostro, me quedo quieto, aunque no sé por qué, entonces roza mis labios, pero el sonido de una bocina detiene su acción. Bajo la vista confundido y Emmet levanta la suya para ver quién lo llama.

—Esas distracciones —oigo la voz de Blake.

—¿Qué sucede? —pregunta su hermano algo irritado porque le cortó el beso.

—Conseguí la forma de vigilar a Darren Wein y el perfil de guardaespaldas, te quedaría perfecto ¿Qué opinas?

—¿Ir al extranjero? ¿Ahora? Ni hablar —le contesta cortante.

Mientras ellos discuten, yo sigo en el limbo ¿Qué estaba haciendo? ¿De verdad iba a besarlo? Debo estar delirando.

Es Nyx #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora