43. El tacto frío

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Dejo de correr cuando estoy a una distancia bastante alejada del hospital. La chaqueta de cuero marrón de Max me queda muy grande, así no se puede avanzar. Que incómodo pero calientito. Antes de quitármela, termino poniéndola de nuevo.

"Vamos a recolectar energía".

Oigo a las voces y les hago caso, a pesar de que obtuvieron bastante con el llanto de la pandilla al perder sus celulares. Llego a una plaza y veo a una pareja feliz, charlando tranquilamente. Alzo la vista, viendo a un chico correr y sonrío. Chasqueo los dedos, entonces se tropieza, cayendo sobre la muchacha. Las tres personas comienzan a discutir.

—Que linda la mala suerte ¿no?

—No me parece gracioso —oigo detrás y me giro.

—Darren Wein —Sonrío.

—Arreglaré lo que destruyes.

Camina hasta esas personas, habla con ellas y las voces irradian ira cuando esa gente comienza a reír. El restaurador regresa hasta mí, sonriente.

—No puedo protegerte por siempre —le aclaro y él me observa intentando entender —. Tú percepción es tan pequeña —me burlo —pero entre tú y yo hay una conexión —Observo mi mano —. Tanto las voces como yo, lo sentimos, solo que ellas quieren destruirte.

—Manjar, ¿Estás diciendo que me quieres? —expresa emocionado.

Levanto la vista a mirarlo y sonrío con confianza.

—Estoy diciendo que no puedo ir en contra de mi propia especie, pero si insistes en interferir te destruiré.

—Bueno, lo tomaré como un sí —Se ríe.

—Si ya terminaste, me voy —Me giro y me sigue —. Estás advertido —agrego.

—Créeme que sé que contigo no se juega, pero aún así, yo no me rindo.

—¿Qué? ¿Estarás toda la vida arreglando mis desastres como un buen siervo? Ay que inútil —Me río al burlarme otra vez.

—No, encontraré la solución.

—Pierdes tu tiempo.

—No, es mi naturaleza.

—Cállate y cómprame comida —Señalo el puesto de helado.

Cuando me paga el cucurucho de menta y frutilla, aprovecho su distracción y me voy, logrando perderlo de vista, además de conseguir dulce gratis. Al llegar a casa, se me acaba el helado, saludo a mi hermano y voy para mi cuarto, pero algo no va bien.

"¿Qué sucede?"

"¿Pasa algo?"

—¿No lo sienten? —Me abrazo a mí mismo —Tengo frío —Tiemblo.

"Eso te pasa por comer rápido".

—¡No es eso! —grito molesto —No sé, pero no me encuentro bien —expreso confundido y toco dónde me disparó Blake —. Es molesto.

"Nosotras no sentimos nada".

Las ignoro, muevo la chaqueta y alzo el cuello de mi remera, reviso la venda dónde está la herida.

"Eso no se ve bueno".

"En el sentido sobrenatural de la palabra, no".

—¿Qué es esto?

Hay una extraña capa negra que rodea lo lastimado. Tiene un raro brillo, al tacto es helada, está fría y duele.

"No tenemos idea, pero eso no es normal ni por asomo".

Es Nyx #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora