51. Destellos y rayos

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Creo que el hechizo no le funcionó bien, pero hay que admitir que la chica tiene mucho poder. Algún tipo de fuerza mágica dispara una especie de rayos para todas partes desde el cielo, no sé qué hacen, pero mejor que no me den. Y digo que el conjuro no le salió bien, porque no solo yo debo esquivar su ataque.

—¡Aradia! —se queja Darren y salta antes de que uno de esos rayos le dé —¡No hagas más hechizos! —la reprende.

—¡Ay, me salió mal otra vez! —Gira en círculos alarmada.

Ace agarra el paraguas que su acompañante pelirroja le entrega.

—Parece que va a llover —Sonríe.

—¡¡No es gracioso!! —Vuelve a quejarse Darren —¡¿Y por qué a ti no te da ni uno?!

—Porque mi energía ya se agotó, entonces no me perciben —expresa tranquilamente —Oh miren —Levanta la vista y ve cómo llueve —Que hermosa noche.

—Gracias —exclamo y esquivo otro "rayo" —pero no gracias.

—O sea que le da a todo lo que tenga energía mística —opina Max apacible, quieto en el lugar —. Yo no tengo, pero si necesito un paraguas —Hace puchero mientras ya se ha mojado con toda esta lluvia.

—¡Ay, ay, ay! —repite la brujita y sigue corriendo en círculos por eso ninguno de los destellos logra pegarle —¡No sé cómo detenerlo!

Puedo concentrar toda esta energía y enviarla a un punto, pero eso sería salvar a todos, puaj.

"Ni te atrevas".

"Usemosla de una mejor manera".

Sonrío.

—Tienen razón —Alzo la mano hacia el cielo —"Mala suerte" —digo jugando mi falso conjuro y solo activando mi poder.

Aradia y Darren saltan, cayendo al suelo, entonces me río, pero no calculé que al activar mi energía, lo poco que queda del hechizo de la brujita, me ataca a mí también.

Maldita sea, pensé que lo había agotado, pero quedó algo. Maldición, me haré más daño a mí que a mis propios enemigos.

"Por estúpido".

—Miren quién habla —me quejo mientras intento procesar cómo voy a esquivar eso.

Retrocedo, siendo demasiado tarde, una velocidad más rápida necesito para esquivar esa especie de rayo. Segundo después, cuando creo que va a darme, visualizo a Emmet que aparece y me empuja. Se oye el estruendo y caemos al suelo.

—Ay —Siento el golpe de mi espalda en el frío suelo.

Emmet suspira, entonces me cruzo con sus ojos, cuando abro los míos y me doy cuenta que estoy debajo de él.

—Eso estuvo cerca.

Es Nyx #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora