Despierto en la clínica sin ningún tipo de dolor, es como magia, aunque tengo una venda en la cabeza. Alzo mi mano con la necesidad de sacarla y me interrumpen.
—¡No te la quites! —entra mi hermano a la habitación y me reprende.
—Perdón —digo disconforme y él sonríe.
—Quita esa cara —agarra un banco y se sienta a mi lado, se pone serio —¿Por qué nunca me dijiste?
—¿Eh? —me confundo —¿Qué cosa?
—De los abusadores esos —frunce el ceño —. Hablé con el director, tuve una larga discusión con toda tu escuela —bufa —¿Acaso no confías en mí?
Bajo la vista.
—Lo siento, sabés que siempre he sido un optimista, positivo, inconcientemente pensé que se disculparían. Ser así no me sirvió de nada, me siento idiota.
—Oye, oye, los únicos idiotas son ellos, no tienen el derecho a lastimarte, tú eres un niño bueno, con altas expectativas en la vida, no porque unos abusones vengas tú eres eso que dices, todo lo contrario, esas malas personas pueden irse a la mierda y pudrirse en su misma porquería, pero tú eres mejor que ellos y nadie va venir a decirme a mí lo contrario ¿Entendiste?
—Sí —digo en tono bajo.
—Rein, no me estás escuchando ¿cierto?
—Es que...
—Se ve que no, pensé que no lo harías, así que al menos quiero levantarte el ánimo, no le digas a la doctora que te lo di —saca de su morral, con el que va a trabajar siempre, una bolsa de gomitas, sonríe y me guiña el ojo —. Es un secreto ¿vale?
Me emociono.
—¿Para mí?
—Sí, sí, pero no te las comas todas a la vez que te hará mal, estuviste más de dos días dormido, nadie entiende qué pasó.
—¿Qué? —me confundo —¿Dos días?
¿Ya pasaron los dos días? ¿Y por qué sigo siendo un chico? ¿Acaso todo lo soñé?
—Sí, es muy raro, pasaste de estar muy mal, a muy bien, fue un milagro hermoso, aunque la doctora insiste en dejarte en observación, pero creo que te darán el alta pronto.
—Ah vale, bien —digo siguiendo confundido.
—Bueno, debo irme a trabajar —se levanto pero lo detengo agarrándolo de su chaqueta —¿Qué sucede?
—No te vayas —digo asustado aunque no sé de qué.
—Tengo que ir a trabajar Rein, no te preocupes, la doctora es amable, volveré en unas horas ¿De acuerdo?
Lo suelto despacio.
—Bueno.
Veo como se va y me sobresalto cuando cierra la puerta, el ambiente se vuelve tétrico, entonces oigo las voces.
"Nunca van a disculparse ¿Sigues pensando eso?"
—No, tienes razón —le respondo y abrazo la bolsa de gomitas.
"La venganza es la mejor opción".
Levanto la vista y veo a la mariposa en la ventana. Abro las gomitas y comienzo a comerlas, intentando ignorar la situación.
"Sabes que ella no tenía razón".
—No, no la tiene —le respondo aunque quise evitarlo.
"Las segundas oportunidades no existen, esos chicos no merecen tu perdón, deben pagar por lo que hicieron".
Me atraganto con la gomita y pongo la bolsa a un lado de la cama. Respiro con agitación, no quiero mirar pero levanto la vista a la mariposa.
"¿Acaso vas a dejar que esto siga así? Ella no hará nada por ti, nosotras te daremos todo".
El insecto colorido vuela hasta mi mano y al fin habla.
"Sé que duele, sé que este hechizo no era para ti, pero por favor escúchame, podemos solucionarlo, es solo que, no ahora, eso no sería lo correcto, así no es la transición".
"¿Ves? ¿Seguirás sufriendo? ¿Acaso no te das cuenta? Mereces algo mejor que promesas vacías".
—Promesas vacías —frunzo el ceño —. No quiero promesas vacías —cierro mi mano y aplastó a la mariposa.
Un chillido se escucha dentro de mis dedos cuando la estrujo, lágrimas caen de mis ojos mientras sonrío y cuando abro mi mano veo a la araña.
He completado mi transición.
ESTÁS LEYENDO
Es Nyx #3
ParanormalÉl es ella, la oscuridad de la noche. ¿Escuchas las voces? Él las oyó detenidamente. Esperó paciente a que aquellas personas mínimo se disculparán, pero no sucedió, así que él decidió escucharlas a ellas, cuando no quedaba ni una pizca más de esper...