32. Buscar a Darren Wein

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Para que las voces no estén quejándose, recurro a Blake en vez de hablar antes con Emmet. Cada vez están más insoportables, parecen una esposa quejándose o un marido posesivo. De todas formas mejor intercambiar información con el mandamás, en vez de cruzarme con el aprovechado que quiere mi cuello. Me hace perder tiempo.

Camino por los pasillos del edificio y me dirijo a su oficina, pero frunzo el ceño cuando visualizo a esa presencia tétrica.

—Eris —Sale del despacho pero me ignora aunque la nombré. Entonces la sigo con la vista —¿Qué haces aquí?

—Si te dije su nombre, es porque lo conozco —refiriéndose a Blake —. Hace poco me contacto.

—¿Tienes un trato también con él?

—¿Quién no tiene tratos con Blake Razieli? Ah sí, el restaurador que no tiene una debilidad.

—Darren Wein —afirmo.

—Así es.

Me da curiosidad, la información de esa persona crece en mi cabeza, siento sus emociones como si fueran las mías propias, la conexión aumenta.

—¿Qué pasa con él? ¿No hay nada que intercambiar que te tienen que llamar a ti para que lo encuentres? —sonrío —¿Tan mal están para que la basura como tú tenga que hacer el trabajo?

—Las voces se alimentan de tu odio, que bien —exclama con sarcasmo aunque sigue seria, su rostro amargado siempre está presente —. Céntrate en cosas más importantes, cómo controlarlas.

—No necesito consejos de una subnormal que abandona y juzga a un niño porque sí —presiono el puño y las lámparas en los techos explotan —. Te mostraré lo que realmente es mi odio —Presiono los dientes.

Eris de repente siente que le falta el aire, entonces se agacha intentando respirar, yo la miro sonriente hasta que aparece Blake y ella recupera el aliento porque mi enojo desaparece.

—¡A ti te estaba buscando! —digo alegre —Hace mil que no te veo.

El rubio sonríe y se acomoda los lentes tranquilamente.

—Soy como un fantasma, siempre desaparezco.

—¿Por qué un vampiro necesita anteojos? —pregunto en mi modo inocente y ladeo la cabeza.

Se ríe.

—Parece que Emmet ya te hincó los dientes e imáginas muchas películas —observa la venda en mi cuello.

—Como sea —Señalo a la bruja —¿Qué hace esta aquí? No la defiendas, es mi enemigo mortal.

—Trabaja para mí, aunque ya lo dedujiste solo.

—¿Escuchaste nuestra conversación? —Sigo alegre —Bueno, no importa, deshaceste de ella.

—No puedo, tengo que encontrar a Darren Wein, tú mismo lo dijiste.

—¿Creí que ya lo habías encontrado? —me burlo.

—Lo hice, pero no en persona, por eso tengo que enviar a alguien a vigilarlo.

Es Nyx #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora