Es Nyx #3

84. En el cuarto de Ace (2/2)

"Este tipo sabe tocar y de alguna manera seducir, pero a nosotras se nos va la paciencia".

No sé cómo llegue al punto en que deje que me bese, encima hace calor. Su boca toca la mía y no es nada desagradable. Las chispas que genera la electricidad de las voces sigue creciendo, pero Ace sabe cuándo detenerse y de aleja justo a tiempo. Mientras yo respiro agitado y algo confundido.

—¿Qué pretendes? —repito mi pregunta de antes, estando completamente sonrojado.

—Mirame un segundo —pide.

Frunzo el ceño.

—¿Qué? —Levanto la vista.

—¿Notas la confianza? Esos nervios ya no son tan complejos ¿o sí?

Me sobresalto.

—¡Cállate!

—Ya que acabamos con la sesión de sexualidad, pasemos a la que les importa a tus amiguitas —Levanta el naipe que resulta que ya no está más en mi bolsillo —. Se portaron muy bien, esperemos que las noticias no las hagan enfadar.

—¿Son malas? —pregunto preocupado.

—Depende como se lo vea —Tira la carta al suelo y observa su posición —. Otra vez cayó al revés, eso es muy incierto.

—¿Y qué significa?

—He tirado las cartas bastante este último tiempo, pero hoy ha salido una nueva, de hecho la parca se ha repetido muchas, pero esta que ha salido es interesante ¿Quieres saber cuál es?

"Por supuesto, para eso estamos aquí".

—Sí.

Al yo responderle, camina hasta la mesita de luz y de su cajón saca otro naipe que también lanza al suelo.

—¿Sabés quién es? —Sonríe.

Observo el dibujo y las voces ya están enfadadas.

—Es... una mariposa ¿Darren?

—Sí —Alza otro naipe —y varias de estas cartas, en el orden lanzado demostraban algo, la metamorfosis.

—Darren ya es un restaurador —le recuerdo —y de todas formas ¿De qué sirve eso?

—¿Y si la metamorfosis tan solo es el principio?

"Tiene lógica, aún no puede ver a esa zorra".

—¿A la mariposa? —le pregunto a las voces.

"Sí, ese bichito que le revolotea".

—Oh estoy fuera de tu conversación, que envidia —bromea Ace.

—Bueno ¿Y qué hay con la parca? Ya que sigue saliendo, te recuerdo —cuestiono muy concentrado.

—La última vez que tiré las cartas, todo se acomodó, estamos muy cerca de la fecha —dice seriamente —. Cosas malas van a pasar, no quiero asustarte pero puede que pierdas la consciencia.

—¿Qué? —Me sobresalto —¿Qué quieres decir?

—Lo que oyes, puede que tu alma esté un largo tiempo en la oscuridad —Sonríe —pero no te preocupes, yo sostendré tu mano para que regreses —Observa el reloj del cuarto —pero ahora a dónde debes vuelver es al hotel, ya es muy tarde.

¿Me acaba de dejar en shock y me dice eso? Que tranquilidad más grande tiene este hombre. Igual da un poco de envidia ¿Quién no quisiera aunque sea un poco de esa paz? Aunque también pareciera que se mantiene calmado para pensar las cosas con más lucidez. A pesar de ser extraño, todos lo respetan. Quizás, detrás de esa sonrisa de falso hippie, se encuentra una persona sensata y madura.

"¡¡Aburrido!! Ya vámonos".