Capítulo 3

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Abrí mis ojos, recibiendo directamente en mi rostro  los rayos del sol entrar por la ventana de aun lado haciendo que bostezara y tallara mis ojos levemente.

Miré hacía mi lado izquierdo, observando unas cuantas nubes, algo muy tenue ya que la misma luz del sol me dejaba ver poco por lo encandilada que me encontraba. Me cubrí algo molesta por ello y gruñi bajo.

Maldito sol ¿Quién demonios es para poder despertarme dejándome casi ciega?

Observaba como el viento hacía que las cortinas ondearan levemente.

Me moví un poco pero sentí algo raro y pesado sobre mi cintura.

Espera... ¿qué?

Al girarme me encontré con Leonardo, quien por cierto se encontraba muy plácidamente dormido. Observé como su pecho cubierto por la sabana subía y bajaba lentamente, su pelo negro estaba más alborotado y sus labios estaban entre abiertos.

Mi vista fue a todos los ángulos y lados posible de las cuatro paredes donde me encontraba. Esta no era mi habitación, no tenía nada en común y relacionado a ello.

Pero... ¿Qué demonios?

Negué rápidamente con mi cabeza intentando hacer un mínimo esfuerzo por recordar o entender ¿Cómo es que estaba allí? ¿Dónde estaba?

Lo observé fijamente.

Ahora que se encontraba dormido tenía la oportunidad de ver detalladamente sus hermosos rasgos faciales; su nariz fina, sus largas pestañas negras como la noche, su ceja gruesa y tupida pero muy bien a él, sus mejillas, su barbilla lisa sin ningún rastro de que algún posible vello hubiera brotado de allí y sus labios.

Me dio una pequeña necesidad de acariciar su mejilla, sentía ese pequeño impulso. No lo pude evitar y lo hice. La acariciaba con ternura, pero esto estaba completamente mal.

¿Qué carajos hacía en un lugar desconocido?

Me separé rápidamente. Me caí de la cama llevándome la sabana conmigo y viendo que él se encontraba semi desnudo.

— ¿Qué demonios? — susurré y me observé.

Yo solo estaba en ropa interior, no podía creerlo y me acerqué al espejo de cuerpo completo viendo mi reflejo. Mi aspecto era terrible. Él labial que llevaba anoche se encontraba en todos los lados de mi rostro menos sobre mis labios.

Mierda.

Observé mi alrededor y  estaba en lo correcto, esto no era mi habitación.

Doble mierda.

Había sucedido las dos cosas que no quería, había ingerido algo desconocido y terminé en un lugar con un tipo altamente atractivo y un total desconocido para mi, él cual seguramente tenía novia.

Triple mierda.

Busqué mí ropa con desesperación, pero tropecé con algo dándome un leve golpe en el brazo y soltando un "auch"

Me arrastré disimuladamente para evitar que el despertara y me viera. Pero creo que todo el esfuerzo fue en vano.

— ¿Vane? — una voz ronca pronunció mi nombre.

Me di leves golpes mentalmente mientras me colocaba de pie.

— Leonardo, hola — Sonreí tímidamente y algo nerviosa.

Inconscientemente mis manos habían intentado cubrir rápidamente mi cuerpo mientras lo observaba.

Ja, ja. Eso no servirá de nada, el ya a visto casi todo.

BLACK  // Completa ||EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora