Capítulo 47

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Leonardo

Cerré los ojos escuchando como cerraba la puerta de abajo de un solo portazo.

Un suspiro había salido de mis labios mientras mantenía mi cuerpo aún recostado y tendido sobre la cama.

Estaba muy molesto. Bastante a decir verdad.

No me agradó las cosas que había hecho y había dicho.

Últimamente ella se estaba comportando de una manera muy celosa que llegaba al punto de ofender las personas tal cual sin conocerlas.

Esa no era la chica que realmente amaba.

Mi mente pensaba una y otra vez que... Así no era ella. Estaba seguro de que no era ella.

Debo decir que ella es una persona tranquila aunque tenga sus momentos de pequeños celos, pero así era ella, no una psícopata celosa.

Me hacían enojar sus humores y cambios drásticos tan repentinos como lo sucedido el día de hoy.

Mi mente me reprochaba diciendo que estaba muy mal también mis actitudes pero... no tenía la culpa de nada.

Lo que si podía admitir es que fui muy grosero con ella y descortés. No había medido mis palabras pero realmente no sabía¿Qué hacer?

Por eso había preferido descansar un poco más para tranquilizarme antes de arruinar todo más de lo que estaba.

Conociendo bien a Vanessa sabía que no se iría. Como lo dije, era un poco bipolar y estaba seguro de que volvería mas al rato para nuestra fiesta playera.

Sentía que el embarazo le afectaba un poco con respecto sus cambios de humor y paranoias.

Era algo normal... me supongo.

Mi vista estaba en el techo de la habitación mientras mi cabeza daba vueltas pensando en una solución para esto.

Solo quedaba esperar. Esperar mientras había caído consumido en el sueño una vez más.

~•~

Vane

Caminaba cerca de la orilla de la carretera. El camino estaba iluminado, era una pequeña ventaja para mi.

Ya era de noche pero siendo honesta no estaba oscuro gracias a los faros que había en él camino.

Una ligera ráfaga de viento me hizo erizar la piel. La noche estaba algo fresca, pero no tanto.

Bufé aun caminando. Ni siquiera estaba a la vista la mendiga playa. La había perdido de vista minutos atrás.

Ya había caminado por unas dos horas aproximadamente y aún no llegaba a la estación del autobús.

Castiel me había comentado que había una estación de autobús a unos cuantos kilómetros.

Juraba por él demonio que estaba cansada de caminar pero un presentimiento me decía que estaba cerca y no debía de detener mis pasos por ninguna circunstancia aparte de la soledad que reinaba en el camino.

Tomé entre mis manos mi vientre plano para acariciarlo intentando regularizar mi respiración. Estaba agotada. Bastante y lo que menos quería era agitarme de más para evitar consecuencias a futuro por mi embarazo.

— Ya casi llegamos

Había suspirado sin dejar de caminar. Alcé mi vista para admirar la hermosa luna llena que estaba frente mi.

Era la única que me acompañaba en este viaje. Algo que me cuidaba desde lo mas alto, a mi y al pequeño ser que llevaba dentro.

Repentinamente mi teléfono había comenzado a sonar.

BLACK  // Completa ||EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora