Capítulo 25

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Leonardo

Estaba conduciendo de camino a casa para tomar el desayuno. Me había levantado bastante temprano para encargarme de venir a la empresa por unos papeles que necesitaba mi papá.

Al parecer el día anterior había vuelto de un viaje de negocios y mi madre me había comentado que había llegado algo cansado. Fue así como me había pedido el favor y ahora misma estaba de camino a casa, puesto que mi madre me había invitado ir a desayunar con ellos.

A la vez estaba algo dudoso de haber venido puesto que hoy tenía otros planes. El señor Woods había tenido el honor de invitarme a dar un recorrido por su empresa para conocer más junto a mi novia.

— Puede que estando contigo le agrade más la idea de heredar la empresa — había dicho el señor Woods sonriendo — Además sería un gusto para mi que conocieras nuestra empresa.

Recordaba con claridad sus palabras. Era algo lógico que no iba a negarme a ir.

Durante el trayecto solo recordaba lo bien que lo había pasado con Vanessa estos últimos meses. Simplemente era una chica maravillosa y increíble.

¿Por qué no la había conocido antes?

Quien sabe... el destino hace llegar las cosas en el mejor tiempo. En el tiempo correcto, no cuando uno lo desea.

Y simplemente estaba agradecido de que esa pequeña fastidiosa haya llegado a mi vida justo unos meses atrás.

Nunca me cansare de decir lo perfecta y maravillosa que es mi chica.

Estaba gustoso de poder verla nuevamente.

Minutos después de las largas filas de tráfico que estaban sobre la calles, ya me encontraba estacionando fuera de la casa de mis padres.

La casa de mis padres no estaba tan lejos de la empresa a decir verdad, creo que me había tardado más por todo el tráfico que había estado, ya que era la hora del desayuno habitual para la mayoría de los trabajadores, así que había mucho movimiento.

Me había bajado del auto al estar fuera de casa, cerrando el auto sin olvidar los papeles.

A pasos rápidos ya me encontraba sobre el pórtico de la casa. Extendí mi mano para tocar el timbre. Esperé unos cuantos segundos afuera hasta que escuche como la puerta se abría.

— Leonardo, cariño — la voz de mi madre me había hecho sonreír — Adelante, pasa.

— Hola, mamá.

Ella sonrió y me adentré a la casa. A mi casa. Mi hermosa casa de la infancia. Un sentimiento acogedor me había recibido haciéndome recordar con nostalgia algunos momentos o recuerdos que había vivido aquí.

Desde que me había mudado a mi casa a los 18 había venido muy escasas veces. Estaba seguro que podía contar con una sola mano todas las veces que había venido desde que me había ido... dándome cuenta que los dedos me sobraban.

— Que bueno que has llegado, has llegado justo en el momento indicado, cariño.

Mi madre hablaba tan feliz.

— ¿si? — pregunté sonriendo adentrándome a la casa para seguir sus pasos.

Se dirigía a la cocina. Me percaté de ello al darme cuenta que había pasado por la sala sin inmutarse.

Un delicioso olor empezó a inundar mis fosas nasales. Cerré los ojos disfrutando un poco de este mismo dándome cuenta de que se trataba de mi platillo favorito: "Espagueti"

— Si — dijo mi madre mientras llegábamos al gran comedor de la casa — Has llegado justamente a la hora del desayuno.

— Huele delicioso, mamá — dije sonriendo mientras ella sonreía y se detenía frente mi en el comedor.

BLACK  // Completa ||EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora