BLACK // Completa ||EN EDICIÓN

Capítulo 57

Observaba él rico y delicioso desayuno que me había preparado Leonardo. Él me sonreía animadamente mientras me tenida la bandeja con cuidado y la colocaba sobre mis piernas.

— ¿Desayuno en cama? — había preguntado con un tono divertido al ver su pequeño detalle sorpresivo para mi.

Él asintió.

— Si — confirmó — un delicioso desayuno en cama junto nuestra hermosa familia.

Era imposible no tener una sonrisa formada sobre mis labios ante su gesto.

— Siempre siendo tan detallista y caballeroso, Señor Black.

Él tomó asiento al otro lado de la cama.

— Sabe bien que me gusta mucho — dijo simple — Y creo que a usted también, señorita Woods.

— Y debo decirle que está en lo correcto — le dije sin dejar de sonreír.

El sonrió.

— Bueno, anda, necesitas comer y recuperar algo de energías — me dijo — Espero te guste.

Asentí leve no sin antes invitarlo a desayunar junto conmigo.

— Ven y desayuna conmigo — di unas leves palmadas en la cama — Disfrutaré más mi desayuno con su compañía, señor Black.

Él se puso de pie para acercarse y tomar asiento a mi lado. Mis ojos lo observaban con detenimiento.

Una parte de mi admitía que era bastante lindo.

— Entonces... hay que desayunar antes de que nuestro pequeño Koalita decida despertarse — propuso.

— Muy bien — asentí.

Después de eso ambos habíamos comenzado a comer.

Debía de admitir que mi novio tenía unas manos perfectas para hacer desayunos deliciosos y para mas cosas...

— ¿Gustas algún Té o Café, nena?

Sostuve entre mis manos la copa de porcelana con cuidado.

— Un poco de té, por favor.

Él tomó la jarra de porcelana con algunas rosas pintadas para vertir algo de té en la taza que estaba sosteniendo entre mis manos.

Acerqué de esta misma a mis labios para soplar leve y después beber un sorbo. Él dulce sabor a miel con limón inundaba mi paladar al igual que lo poco la temperatura caliente de este mismo.

Sin duda alguna para este clima estaba Adelaido.

— ¿Muy caliente? — preguntó él mientras bebía de su taza de café.

Sabía que se trataba de café puesto que olor lograba llegar y mezclarse entre mis fosas nasales.

Negué.

— Está perfecto, además de que tiene un buen sabor y buena temperatura — dije agradecida — Ahora veo que estás muy consciente de lo que me gusta.

El me observó burlón pero sonriendo.

— Es muy lógico. Tengo que conocer y  saber todo lo que le gusta y desagrada a mi alma gemela — susurró con simpleza.

Respondí con una sonrisa para seguir desayunando.

Sus gestos lindos me hacían sentir bien. Me hacían sentir cómoda.

El me hacía sentir en casa sin la necesidad de estarlo.

— ¿Puedo decirte un cumplido, nena? — había preguntado repentinamente mientras limpiaba sus labios con una servilleta.