Capítulo 34

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Vanessa

Abrí los ojos parpadeando un poco intentando incorporarme a la fuerte luz del día. Cerré nuevamente mis ojos ideando o tratando de pensar que realmente podría dormir de nuevo ya que sentía mi cuerpo aún algo agotado.

Negué leve puesto que no me era fácil y me había dado cuenta al pasar los minutos.

Entreabrí los ojos tragando saliva, dándome cuenta de que tenía bastante sed y una increíble resaca.

Si que anoche fue... entretenido

Por más que intentaba recordar cuanta cantidad de vino o vodka había ingerido no lograba recordarlo. Solo recordaba a Micaela junto a mi charlando mientras tomábamos, las luces moviéndose de un lugar a otro mareándome nuevamente.

Sentí nauseas por unos segundos. Cubrí mis labios con la palma de mi mano para evitar vomitar pero este mismo no hacía su presencia. Solo tenía el estomago algo revuelto.

Cerré los ojos intentando tranquilizarme. Bostecé de nuevo viendo el techo. Intenté incorporarme en la cama pero una mano que tomaba mi cintura me lo impedía. Parpadeé un par de veces para dirigir mi rostro a mi lado derecho.

Leonardo...

Leonardo estaba viéndome atentamente midiendo cada uno de mis movimientos. Tragué saliva.

— Leo... — dije algo confusa y incorporándome en la cama.

Al parecer su mano lo había permitido y al estar incorporada me di cuenta que solo estaba en ropa interior. Rápidamente tomé la sábana para cubrir mi pecho y mi cuerpo viéndolo con atención sin decir nada.

— Créeme que eh visto más que eso — dijo el con naturalidad.

Cierto

Lo observé.

— ¿Qué demonios...?

Estaba confusa por varias razones.

Una vez más estaba en la casa de Leonardo después de una noche de copas.

Pensé que estaría en la casa de Micaela puesto que era un acuerdo y no... estaba en la casa de Leonardo. Al verlo todo me había resultado familiar nuevamente.

— Vanessa... — dijo el viéndome.

Alcé una ceja algo confundida. Tomó asiento en la cama y extendió su brazo a un vaso de agua que estaba sobre la mesita de noche.

Me lo extendió y lo tomé sin dudarlo un poco. La sed que tenía era enorme y necesitaba refrescar mi cuerpo después de anoche.

Al terminar el extendió su brazo de nuevo para tomar el vaso que ya se encontraba vacío.

— ¿Quieres más? — dijo el.

Negué leve.

— No, gracias.

Nos quedamos en silencio mientras el dejaba el vaso sobre la mesita de noche. Me decidí a hablar puesto que quería respuestas.

— Leonardo...

Él aún me observaba. Me preguntaba el "¿Por qué lo hacía?"

Bueno, tal vez tenía algún aspecto fatal puesto que no sé qué demonios había sucedido conmigo anoche, puede que tenía algo que decir.... lo que sea era alguna opción.

— ¿Mmh?

— ¿Por qué demonios estoy aquí?

El decidió acostarse boca arriba viendo el techo y dejando de verme.

BLACK  // Completa ||EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora