Capítulo 13

7.4K 439 325
                                    

Negué con la cabeza separándome rápidamente de él. Estaba nerviosa ya que nos había tomado por sorpresa su presencia. Observar la sonrisa burlona de mi amiga que tenía hacía nosotros me lo ponía aun más avergonzada.

— No. — dije rápidamente — No interrumpes nada.

Ella me miró con malicia.

— Pues de todas formas... disculpen la molestia.

Asentí sin decir nada, cruzando mis brazos bajo mi pecho y apretando los labios tratando de no ver a Leonardo, quien seguramente llevaba una sonrisa victoriosa en su rostro.

Pasaron unos cuantos segundos mientras Micaela volvía a abrir sus labios dispuesta a hablar.

— Bueno... — mi amiga relajó sus hombros para luego dirigirse a mi — Casualmente las nubes no se resistieron y esta lloviendo afuera, creo que estamos ambas conscientes de que una no se puede ir sin la otra. Además de que tampoco me gustaría mojarme porque no me gustaría que ninguna pescara un resfriado.

Asentí.

En si ella tenía mucha razón, pero aun era algo pronto para irnos, teníamos poco tiempo que habíamos llegado.

Me preocupaba un poco este asunto ya que ella es muy sensible respecto su salud y su sistema no es tan fuerte, así que ella no pescaría un leve resfriado, más bien, un fuerte resfriado.

— ¿Quieres que llamemos algún taxi? — propuse.

Ella negó.

— No es necesario... Jeff se ofreció a llevarnos pero al parecer aún no quieres irte...

La miré entrecerrando los ojos sin poder creer lo que estaba diciendo. Sabía muy bien lo que estaba planeando mentalmente.

— ¿Qué?

Leonardo solo nos escuchaba hablar, sin decir nada, mientras que yo no tenía el más mínimo valor para verlo al rostro... a su maldito rostro perfecto.

— No me gustaría que te vayas sola y mucho menos bajo la lluvia, así que nos podemos ir.

Lo pensé.

— Puedo irme mas tarde y tal vez esta lluvia disminuya.

Ella rió negando un poco.

— No lo creo... ¿No has visto el cielo? Créeme que no es buena idea dejarte.

— Yo me encargaré de llevarla — dijo firme.

La voz de Leonardo llamó la atención de ambas haciendo que giráramos nuestros rostros coordinadamente hacía él.

Mi expresión era de total confusión y la de Micaela era más que feliz y satisfecha.

— Mil gracias, Leo — le sonrió leve — Tengo que retirarme, te la encargo mucho y no me la vayas a dejar sola.

Mi amiga se despidió con un leve movimiento de mano y se dirigió fuera de nuestra vista con suma rapidez.

Hija de tu mandarina traicionera.

Y ahora más que nada, internamente deseaba matarla por haberme dejado a solas y sin poder elegir nada.

Suspiré y comencé a meser mi cuerpo apoyando las puntas de mis pies en el suelo. Quería huir de esa situación bastante incómoda. Además merecía un autocastigo.

¿Por qué?

Por volver a hablar con él.

Además presentía que su amada "Cara" se encontraba cerca, y no quería ocasionar más problemas de los que había.

BLACK  // Completa ||EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora