Capítulo 14

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Observaba el camino de regreso a casa, sin poder sacar o olvidar los momentos tan intensos que había vivido hace unos 30 minutos atrás.

Era imposible de olvidar cada detalle de lo sucedido, porque en si, no podía creer lo que yo había hecho. De lo que fui capaz de hacer, pero en este instante mi mente se había nublado por completo al verlo. Ver sus ojos.

Había extrañado hablar con él y verlo. A pesar de recibir sus hermosos ramos de flores día a día, no era la misma sensación que verlo en persona que apreciar una flor mandada de su parte.

Además no sabía aún si eran flores de aprecio y cariño verdadero o flores que tenían la intención de decirme "regresa a mi cama"

Porque eso es lo que habíamos hecho hoy, habíamos realizado actos inapropiados.

Pero hoy él había logrado lo que quería y me sentía tan tonta por caer bajo sus encantos de nuevo. Giré mi cabeza para ver por la ventanilla como las gotas de lluvia aún caían sobre el cristal del parabrisa.

Me encantas... Y eres mía

Apreté mis ojos con fuerza mientras esas palabras me dejaron confundida. Los abrí tan de repente para verlo fijamente mientras.

¿Qué?pregunté algo confundida.

Mi voz era un poco enojada y molesta. Parecía arrepentido por lo que había dicho, ya que apretaba sus ojos hechando la cabeza hacía atrás lamentándose.

Se salió de mi mientras yo me incorporaba de pie. Busqué mi ropa algo molesta comenzando a vestirme.

— Vanessa, yo...

Terminé de cambiarme y me giré rápidamente y molesta.

— Escucha con atención Leonardo, tu y yo no somos nada, mucho menos soy tuya.

Él agarraba su pelo desesperado.

— Yo nunca dije eso.

¿Ah no? ¿Ahora te harás del idiota?

Él apretó los labios sin decir nada.

— Si, lo sabía — completé con rabia.

Tomé mi morral acercándome a la puerta. Oía como se ponía de pie tomando su ropa, me giré para verlo torpemente al oír su celular juntos las llaves caer al suelo.

Mi rabia había crecido al ver su teléfono.

— ¿Acaso me mientes todo el tiempo? ¿Me mentiste? — estaba incrédula y perpleja.

Él me observó.

— ¿De qué hablas?

Habías dicho que no tenías tu teléfono.

Sus mejillas se tornaron rojas.

— Yo...

Negué con la cabeza como signo de decepción absoluta.

— Olvidalo, abre la puerta y dejame ir.

Yo te llevaré

No lo harás.

Él se acercó a mi tomando mi muñeca.

— Si, lo haré, y sabes muy bien que si es necesario te llevaré a la fuerza.

Iba a decir algo pero mejor me rehúse. Lo que menos quería en ese momento era hablar con él.

Sentía rabia y unas inmensas ganas de querer llorar, para desahogar estos sentimientos que estaba forzándolos a no salir, los estaba reprimiendo dentro de mi.

BLACK  // Completa ||EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora