Capítulo 38

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Había arqueado una ceja algo confusa. Decidí extender mi mano para tomar la de Leoanrdo.

— ¿Sucede algo? — pregunté con cierto tono de preocupación.

Era obvio que iba a estar preocupada. De un de repente el semblante de Leonardo tanto las palabras que pronunciaban se habían vuelto totalmente frías. Palabras secas como las hojas que caían de los árboles en el otoño.

El bajó su vista hacía mi mano viéndola sobre la suya.

— Leonardo...

Susurré su nombre con algo de insistencia ya que, creo que a nadie le gusta que le dejen con la duda y el nudo de ideas en la cabeza.

En esta ocasión sólo pensaba cosas totalmente negativas. ¿Por qué?

Como lo dije, por su semblante y su forma de expresarse. Mi cabeza estaba dando vueltas muy rápidas intentando adivinar o tener alguna pista de algo sobre lo que el quería que habláramos.

— Vanessa...

Alcé una ceja.

— Dime.

El me observó fijamente. Tomó de mi mano y se acercó a la silla de la barra. Había tomado asiento sobre ella pero estirándome junto a él para quedar de pie frente el. Su mano sostenía la mía con firmeza.

— Yo... realmente necesito decirte esto.

Arquee una ceja mientras el me observaba.

— Seré claro y sin rodeos, Vanessa. Es una pregunta, solamente.

— Si... dilo, porque realmente la curiosidad está matando a este gato — dije viéndolo con intriga.

El tomó una pequeña bocanada de aire para después verme con atención y detenimiento.

— ¿Has pensado en la idea de tener algún... hijo?

Abrí los ojos como platos viéndolo. Su pregunta me había tomado con total sorpresa y al parecer el se había dado cuenta porque estaba intentando excusarse para cambiar el tema.

— Bueno... yo entiendo si no te gustaría compartir este tipo de...

— Si — dije firme viéndolo.

— ¿Si? — alzó una ceja algo confuso.

Asentí leve.

— Si. Me refiero a que "Si eh tenido la idea de tener hijos" y sabes bien que no hay problema de hablar sobre este tipo de cosas, Leo.

El asintió leve apretando sus labios. Desvió la mirada un poco y después la bajó para ver nuestras manos aún entrelazadas.

— ¿Leo?

— ¿Mmh? — dijo el sin apartar la vista de mis manos.

Extendí mi mano libre para tomar de su mentón, alzándolo un poco para que el me viera directamente al rostro.

— ¿Por qué me lo preguntas? — dije algo curiosa.

El se encogió de hombros volviendo a desviar un poco al mirada demostrando algo de... ¿Pena? ¿Vergüenza?

— Una simple curiosidad... — respondió.

— ¿Curiosidad?

— Si, Vane.

— Y... bueno — dije rápidamente negando con la cabeza — Tú me has hecho una pregunta pero yo digo algo confusa... ¿Por qué surgió la idea? ¿De dónde vino?

El me observó unos segundos sin alguna expresión. Estaba viéndome fijamente. Se encogió de hombros algo apenado.

— Leo...

BLACK  // Completa ||EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora