Capítulo 26

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— ¿Ya hemos llegado? — preguntó Micaela mientras asomaba su rostro entre los asientos frontales.

Soltamos una leve risa.

— Ya estamos por llegar — dije observando el trayecto.

Llevábamos fácil tres horas de camino. Era normal que estuviéramos algo ansiosos por llegar.

Vanessa y yo cumplíamos el día de hoy seis meses de noviazgo. ¿Pueden creerlo?

Seis increíbles meses.

Debo decir que estoy sorprendido y agradecido por compartir medio año con una increíble mujer, como novia. Debido a este suceso, había optado por algo más especial.

Dejamos aún lado las citas románticas y salidas cotidianas para este día Yam especial que le propuse ir de campamento a las montañas de la ciudad Vecina, Phoenicia.

Ambos estábamos emocionados de acampar juntos... y estábamos más emocionados con el hecho de que nuestros amigos venían con nosotros. Hacia la ocasión especial y entretenida. Una experiencia inigualable.

Eso era lo que quería dejar en ella "Algo inigualable" un buen recuerdo.

Debo decir que respeto la naturaleza mucho y la admiro pero no es un ambiente en el que amaría estar por mucho tiempo. Aunque en esta ocasión con buenas compañías sin duda alguna esperaba que esto fuera bueno.

— Llevas diciendo eso más de una hora... y no veo que estemos por llegar.

Vanessa había hablado para tranquilizar a su amiga.

— No te preocupes... has soportado más tiempo — rió leve — No tardamos en llegar.

Ella suspiró.

— Esta bien, pero espero que todo esto valga la pena.

Vane asintió. — Claro que lo será, además, hoy habrá una lluvia de estrellas — dijo Vane bastante animada — Tendremos una increíble vista en la cima de la montaña.

— De acuerdo — dijo Micaela mientras se colocaba sus gafas de sol — Solamente pongan algo de música que no me gustaría aburrirme de más.

~•~

Vanessa

Estábamos sentados alrededor de la fogata mientras contábamos las historias, las cuales, nos provocaban miedo en nuestra infancia y parecían algo absurdas ahora que estábamos grandes.

Después de haber colocados las casas de acampar y preparar la fogata no sin antes disfrutar de tomarnos fotos junto el atardecer que se postraba frente nosotros.

La noche y la luna habían hecho su presencia. El cielo estaba efectivamente estrellado.

Micaela hablaba animadamente sobre un pequeño.

— Mi padre siempre solía decirme que... por las noches... a las 3:33 am era la hora maldita... la hora en que los espíritus rondaban sobre nuestro mundo — decía Micaela sonriendo — La hora maldita en la que... los demonios tenían sesenta segundos para provocar un poco de caos y alboroto en la tierra...

Todos estábamos atentos escuchando lo que la relataba animadamente.

— Les juro que si me levantaba durante alguna hora o minutos cercanos a la "hora maldita" prefería quedarme en cama. Tenía la idea de que el hecho de levantarme tan solo por un vaso de agua o al baño para hacer mis necesidades bastaría para que un demonio me sacar un buen susto.

La observamos cuando se quedó en silencio. Los únicos sonidos que nos acompañaban era la fogata y la naturaleza... y el pequeño ruido de una rama quebrarse.

BLACK  // Completa ||EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora