Sus labios empezaron a moverse desesperados sobre los míos. Una parte de mi había extrañado sentir sus besos a pesar de que fueran poco minutos que habíamos detenido lo que estábamos a punto de comenzar.
Tenía que admitir que podía sentir su entrepierna sobre mi vientre. Algo que lograba hacerme sentir nerviosa pero al mismo momento ansiosa.
Era algo inexplicable hacer y describir las sensaciones que se presentaban en estos tipos de actos eróticos.
Solo podía admitir y decir que sentía millones de emociones distintas aunque realmente yo deseaba saber que pasaba por su mente mientras hacíamos estos encuentros.
Sus manos se posicionaron sobre mi cintura mientras yo enrollaba mis brazos en su cuello sin ambos detener el beso. Mi cuerpo se tensó al sentir sus manos descender un poco con la finalidad de posicionarse en mi trasero, apretujandolo un poco hacía adelante sintiendo lo más posible su entrepierna contra mi pelvis. La poca ropa que teníamos aún impedía alguna penetración.
Mis labios lo seguía besando y atacando con desesperación. Eso fue lo suficiente para el mientras que en un movimiento rápido había alzado mi trasero sentándome sobre el escritorio.
Separamos nuestros labios por unas milésimas de segundos. Sus manos habían comenzado a tocar mi cuerpo mientras las mías habían soltado su cuello para posicionarse nuevamente detrás de mi cuerpo. Estaban apoyadas sobre el escritorio con la misma fuerza que sus labios insistían a los míos a seguir el ritmo del beso.
Sus dedos comenzaron tocando por mi cuello descendiendo hasta toparse en mis senos para seguidamente tomarlos con cuidado y estrujarlos un poco haciéndome gruñir gustosa.
El había continuado por descender sus dedos sobre mi piel en dirección a mi vientre mientras que mis labios tiraban de los suyos con fuerza y lentitud.
Cerré los ojos al presenciar varias sensaciones al mismo tiempo. Estaba gustosa por su tacto aunque en un momento me había estremecido un poco al sentir su mano intentando adentrarse en mi short
— Leonardo — suspiré pesadamente mientras su mano paseaba por la orilla de mis bragas.
Él sonrió mientras acercaba su rostro a mi oído, dispuesto a susurrar con su voz seductora. Dejando en claro sus palabras cargadas de excitación y deseo.
— ¿Qué sucede?
Coloqué mis brazos alrededor de su cuello mientras acercaba mi rostro a su cuello.
— No... no te detengas — dije en un susurro bajo, apenas audible para ambos y como una súplica — Por favor.
Estaba seguro de que una sonrisa victoriosa ya se había formado sobre sus labios. Sus dedos comenzaron a tocar mi feminidad con lentitud sobre mis bragas.
Yo sólo gemía respondiendo a sus caricias. Hizo a un lado mi bragas comenzando a tocar directamente en mi zona.
— Mierda. Estas tan mojada y lista para que te folle — susurró con voz ronca.
Gemí correspondiendo mientras aferraba mis manos en sus hombros con algo de fuerza. Apreté mi agarre en sus hombros al sentir como me penetraba con dos dedos tomándome por sorpresa.
Dejé escapar por mis labios un fuerte gemido mientras comenzaba a jadear, apretaba los ojos con fuerza mientras seguía tomando de sus hombros intentando controlarme un poco. Intentando calmar el deseo que había provocado en mi.
— Eso. Gime para mi, nena.
~•~
Leonardo
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BLACK // Completa ||EN EDICIÓN
Teen FictionPRIMER LIBRO DE "BLACK" Black. Un sinónimo o definición del color más oscuro en la gama de colores existentes. No hay nada más oscuro que ello. El mismo término lo dice... lo auto describe. Créanme que... al conocerlo no habrá vuelta atrás...