REFLEX [✔#2]

0,18

Aquí les dejo otra canción, además de la que dejé arriba en multimedia, porque van súper bien con el capítulo. Espero disfruten y, no olviden votar y comentar, de ese modo me sentiré más emocionada para darles más actualizaciones. 

Recuerden pasarse también por mi Instagram, donde estaré haciendo spoilers, lives y demás. 

Dejando de ser un peaje para ustedes, adelante, lean. 

Psta. Donde no lleguen a gritar en este cap, hago la suicidación con papel higiénico. 

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DERIAN.

El sentimiento no se dispersa, se reconecta. 

En el espejo algo más reflejado estaba, no era el cuerpo, no era alma, era más, lo que llamaba. 

Ni una sola expresión en su rostro me dejó en claro sí algo sucedía en su interior. Era tan impenetrable e impasible, que no pude descifrar lo que ocurría en aquella cabecita, en tanto admiraba el cristal que se había transformado en un enorme espejo que ahora nos reflejaba a los dos. Y aunque por un momento mis instintos de consumir y buscar sentimientos despertaron, me percaté que, no eran más que golpes en el viento, porque ella nuevamente, no sentía absolutamente nada.

Soltando una corta exhalación, me giré hacia el enorme espejo frente a nosotros. Tan claro, brillante y limpio... Oculto y envuelto en la magia más poderosa de las Driagnas, tan peligroso ante los ojos de los humanos, pero respetado por cada ser de mi especie, al saber cuán arriesgado era ver dentro de él.

Los reflejos amamos los espejos, no solo porque nos vemos reflejados en ellos, tan atractivos como siempre, sino porque, es un hecho que no puede pasarse por alto, no cuando varias de nuestras propiedades o mayores tesoros están ocultos y protegidos por éstos mismos.

Frente a nosotros, aquel enorme cristal, solo era una fachada que escondía el espejo de la verdad, usado desde el inicio de los tiempos por nuestra especie. Más allá, resguardábamos la biblioteca familiar. Sin embargo, nadie podía pasar el espejo de la verdad, sí no era digno.

Aquellos espejos eran codiciados por cualquier reflejo, sabiendo el poder que poseía en su interior y cuán mortal podía ser para cualquiera que se adentrara. Desataba todo un infierno, uniéndose a tú alma, logrando entrar en tu mente, enloqueciendo cada pensamiento, recuerdo y hecho de tu vida. Inmiscuía todo aquello dentro de ti. Veía los sentimientos que habían traspasado tú alma y, solo si eras digno y merecedor del tesoro que reposaba dentro, superarías el terror que desataba tu propio ser.

Aunque claro, el espejo de la verdad siempre actuaba de modo diferente, dependía de la persona y, en ese instante, me pregunté cómo actuaría en la chica que no podía sentir. No obstante, el pensamiento de ver aquel sentimiento volando a su alrededor, sobrellevó mi mente a todo lo que había leído y escuchado antes de la Driagna.

No cabía duda, Ayla era única.

Y por eso mismo, sin saber por qué ella misma podía rechazar los sentimientos y emociones o tal vez, por qué razón podía crear por sí misma éstos en un modo diverso, desatándolos desde el fondo de donde se encontrasen, debía entrar al espejo. Enfrentarse a sí misma, era la mejor forma de descubrir qué había en su interior.

—Es solo un espejo...

Soltando una sonrisa ladina, me acerqué a su cuello, observándolo con facilidad gracias a que su cabello estaba recogido, susurrando: