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Te pertenecí desde el primer momento.

Junto a las estrellas viajaremos, despertando en una de ellas, y besándonos, bañados en su brillo.

DERIAN

—No, no, no...

Caí de rodillas junto al cuerpo de Ayla, inmóvil y ensangrentado.

Todo en mi interior se retorció al ver la herida que... que Dark le ocasionó. Ella me dio sus sentimientos, vació su interior, se debilitó para ayudarme a... Joder. Se había movido, le clavó la daga en el corazón y se mantuvo en pie hasta el último minuto que todos nos encontramos con el núcleo de nuestros poder para acabar con él, el miroir.

Mi cabeza solo gritaba: ¡¿A qué costo?! ¡¿A qué costo, Derian?!

—Ayla... —Las lágrimas me nublaron la vista al instante. Esto en mi interior, este tipo de dolor, era mío, solo mío, agrietándome el alma. Solo había silencio, un hueco, un vacío que ya no respondía a los sentimientos que le estaba dejando— ¡Por favor! ¡Abre los ojos, rubia!

Ella lo había hecho. Lo descubrió, lo enfrentó. Por esa razón Dark la había perseguido desde el primer momento, porque sus sentimientos, ahí dentro, eran parecidos a los de mi madre. Sostuve su cuerpo, esa rosa caída entre mis brazos. Ni un latido. Ni un solo suspiro.

— ¡Por favor! ¡No puedo...! ¡Ayla...! ¡Ayla!

Un grito surgió de mi garganta al instante al ver ese rostro pálido y hermoso, ya sin vida. Mis lágrimas retocando sus mejillas, la impotencia de no haber hecho algo. Por salvar el mundo, por salvar... ella había muerto. El temblor en mis manos se multiplicó al instante. No respiraba. No era, no existía. Ayla se lo había llevado todo consigo.

— ¡POR FAVOR, AYLA! ¡ABRE LOS OJOS!

Removí los hombros al sentir que Izye me tocaba el hombro.

—Derian...

No valía la pena haber vivido toda esa miseria, esperarla, encontrarla, entrenarla y hacerla sentir de tantos modos posibles para que terminase dando su vida por mí, por todos los seres y el mundo. Abrió ese hermosísimo valle de flores, ese jardín helado que me enamoró en segundos, con tal de que recuperase mis fuerzas y yo...

—Abre los ojos, rubia... por favor.

Un pequeño niño en medio de todos, dijo por lo bajo:

—La rosa se había estado marchitando cada vez que abría y cerraba aquel mural de sentimientos. Y esta vez... hacerlo tan pronto, la debilitó. El golpe de Dark fue... demasiado.

Negué con la cabeza, una, dos, tres veces. Negué, sintiendo cómo mi interior burbujeaba, cómo algo empezaba a romperse poco a poco, hielo, torres enormes, despedazándose para formar... un misterio invencible.

Debía haber algo. Alguien que pudiera ayudarnos. No iba... no iba...

Elevé la mirada al cielo despejado que empezaba a iluminar su rostro. No había nada ahí ahora. Solo los trozos de mi corazón frente a ella, cada lágrima que seguía pegándose a mis ojos. La había perdido. La había perdido. La había perdido. El corazón me latía a mil, pero no era capaz de separarme, no cuando habría respirado por ambos eternamente, no cuando habría muerto por ella, por todos...

—Desde hacía mucho tiempo, ella sabía que colapsaría si seguía abriendo y cerrando las puertas de sus sentimientos y emociones, Derian.

Al instante sentí cómo un par de pétalos se levantaban a su alrededor, con el aroma, su aroma a vainilla, deslizándose por mis mejillas al igual que las lágrimas. Como si de alguna forma quisiera despedirse, decirme algo...

REFLEX [✔#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora