30.

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NARRA CALLE

-No sólo es eso bebé, no quiero que pienses que eres uno de mis tantos caprichos, porque no es así, en verdad te amo, y si esto no es amor, no sé qué más podría ser-Dijo mientras sus ojitos se cristalizaban-Está bien, acepto que sí soy muy caprichosa, y que lo que quiero lo tengo que tener, pero también necesito que te des cuenta que tú me enseñaste a amar de verdad, porque contigo aprendí a sentir cosas que nadie más me hizo sentir. Si quieres le puedes creer a él, pero todos nuestros amigos, yo e incluso tú, están para confirmar que enserio te amo, y de no ser así, no estaría gastando mi tiempo diciéndote esto, tampoco te hubiera llevado a esa cabaña, que es un lugar muy importante para mí, ni siquiera estarías aquí, en casa conmigo.

No quería que siguiera hablando, las palabras sobraban, no necesitaba escucharla, necesitaba sus labios. La besé, y muy desesperadamente, ella en un solo movimiento, me dejó debajo de ella, tenía cada pierna a un lado mi cintura, sus manos se metieron bajo mi camisa, recorrían todo mi abdomen, ahora era mi turno de tomar control, hice el mismo movimiento que ella hizo minutos antes, repetí también la misma acción con mis manos dentro su camisa, dejaba besos y marcas en su cuello, saqué su camisa, y me tomé el tiempo necesario para recorrer todo su torso con mi mirada, ella estaba nerviosa.

-¿Por qué estás tan nerviosa?-Pregunté en un susurro cerca de su oído.

-Porque estamos solas y con la puerta abierta, también porque me gusta cómo me miras, aunque a la vez me da pena contigo.

-¿Por qué te da pena mi amor?-Dije acariciando su mejilla para después besar nuevamente sus labios.

-Ya sabes que no me gusta mi cuerpo-Dijo evitando mis ojos.

-Tu cuerpo es hermoso y perfecto, además de que está bien trabajado, no quiero volverte a escuchar decir algo parecido, toda tú eres hermosa, y me encantas-Ella se sonrojó cuando le dije esto-Te ves tan hermosa así, toda sonrojada y debajo de mí, semidesnuda. Me haces perder la cordura.

Y entre besos y caricias se pasó nuestra noche, no pasó nada más que eso, tristemente, pero estaba segura que muy pronto ella sería mía para siempre, y de nadie más.

No sabía en qué momento me había quedado dormida, solo recuerdo a mi novia abrazándome por debajo de mi camisa. Y ahora sentía como acariciaba mi mejilla con su pequeña mano, a la vez que plantaba besos por toda mi cara y cuello, no demoré es esbozar una sonrisa.

-No me acostumbres a despertar así, que no sé qué haría cuando tenga que volver a casa-Dije abriendo mis ojos para mirarla, y allí estaba ella como siempre, mirándome con una sonrisa en su carita.

-No importa si estás aquí o en tu casa, solo ten por seguro, que vas a despertar a mi lado por el resto de tu vida.

-¿Por qué siempre que me miras, me miras con una sonrisa?-Pregunté tratando de no ponerme roja,

-Porque no me canso de decirte lo hermosa que eres, cuanto te amo y lo feliz que me haces.

-Tú también eres hermosa, te amo más que a nada en el mundo y de no ser por ti, no sabría qué es ser feliz-Dije dándole un pico en la comisura de sus labios-Bebé, ¿Cómo estás tan segura de que voy a despertar siempre a tu lado?

NARRA POCHÉ

Otra vez desperté antes de que la alarma sonara, amaba ver a Calle dormir, más si era en mis brazos, ella es hermosa, y no puedo ser más afortunada de poder tenerla aquí conmigo, acariciaba su mejilla mientras repartía besos por toda su cara.

Hablamos cursilerías como siempre, pero hizo una pregunta que tenía una respuesta que amaba.

-Bebé, ¿Cómo estás tan segura de que voy a despertar siempre a tu lado?

-Porque estoy segura de que eres el amor de mi vida Daniela Calle, y porque yo quiero ser el tuyo.

-Créeme que lo eres.

-Algún día te darás cuenta que esta no soy yo totalmente, y espero que cuando lo conozcas no te alejes, que estés ahí conmigo dejando a un lado todo eso.

-Dímelo de una vez Poché, para saber que se viene por delante, aunque contigo estaría en las peores cosas.

-Todo a su debido momento, no dañemos la cursilería en la que estábamos-Ella se enojó y otra vez la cagué, aplausos para la reina de los daña momentos. Miró la hora en su celular y se levantó dirección al baño para tomar una ducha. Luego de que ella salió, me metí yo.

En el camino a la escuela, ella miraba por la ventana, el silencio era demasiado incómodo y me estaba matando.

-¿Ya por qué te enojaste amor?-Pregunté mientras ponía una mano en sus piernas, pero rápidamente la devolvió a su lugar.

-Porque siempre me ocultas maricadas, no quiero que haya secretos entre nosotras, quiero que seas tú y que no me esté enamorando solo de una apariencia.

Decidí no responder a eso y volvimos al incómodo silencio.

☾@SOMEONE1912☽

Ella... Y Tal Vez Un Nosotras ~CACHÉ |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora