55. Huída del Tren.

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-Albus: ... Vamos a utilizar un giratiempos. Vamos a recuperar a Cedric.

Jenna y Scorpius lo contemplan atónitos.

-Jenna: Estás... ¡demente! (frunce nuevamente el ceño) Actualmente no existen giratiempos.

-Albus: Aún existe uno.

Jenna lo mira desconcertada.

-Scorpius: Albus... (niega con la cabeza) Exista o no, por obvias razones sabes que no soy un gran amante a los giratiempos.

-Albus: Durante el Verano, Amos Diggory fue a mi casa...

-Jenna: Espera... (lo interrumpe con una ademán) ¿Quién es él?

-Albus: El padre de Cedric Diggory, Jenna (le explica y continúa). Cuando el señor Diggory fue a mi casa le pidió el giratiempos a mi padre, pero él negó su existencia. Mintió a un anciano que amaba a su hijo y que solo quería recuperarlo (pasa su mirada de Scorpius a Jenna y viceversa). Lo hizo porque no le importaba, porque no le importa.

»Todos hablan de las proezas que hizo mi padre, pero él cometió tambien muchos errores y algunos, de hecho, fueron muy graves. Quiero reparar uno de esos errores. Quiero que salvemos a Cedric.

-Jenna: Albus... (lo mira con ojos muy abiertos sin saber qué decir)

-Scorpius: Ok, ya veo que lo que te mantenía en tu sano juicio se ha roto (alza una ceja).

-Jenna: Y, ¿tu padre en serio tiene un giratiempos?

-Albus: Así es.

-Jenna: Albus... (lo mira angustiada) Creo que es maravilloso que sientas que tienes que hacer ésto...

-Albus: Debo hacer ésto, Jenna (la mira decidido). Voy a hacerlo. (Voltea a ver a Scorpius y baja la mirada) Necesito hacerlo. Y saben tan bien como yo que... si no vienen conmigo, lo echaré todo a perder (los mira suplicante).

Jenna lo mira de la misma forma, aterrada; y Scorpius a su vez lo mira con una mueca.

-Albus: Vengan, vamos (les sonríe, toma impulso y desaparece por la ventana).

-Jenna y Scorpius: ¡ALBUS! (con los ojos como platos, horrorizados)

-Jenna: ¡No, no, no! (desesperada)

Scorpius se levanta y titubea un momento aún con una mueca en su cara, mira a Jenna.

-Scorpius: ¿Debemos... seguirlo? (asustado)

-Jenna: (Lo piensa un momento, respirando agitada) Sí... Porque lo voy a matar.

Jenna toma su bolso, lo pasa por su cabeza y seguida de Scorpius, toman impulso y desaparecen por la ventana siguiendo a su amigo.
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Albus ayuda a subir a Jenna y luego ambos ayudan a Scorpius. Una vez en el techo del tren, el viento sopla con fuerza; Jenna debe sostener su vestido.

-Scorpius: Muy bien, aquí estamos, en el techo de un tren... a toda velocidad (en pánico). Da miedo... Ha sido fantástico... Tengo la impresión de que he aprendido mucho de mí mismo, algo más sobre ustedes, pero...

-Jenna: Ok, acabo de darme cuenta que detesto las alturas... Sosténganme... Por favor... (aterrorizada buscando de donde sostenerse)

-Albus: ... Según mis cálculos no falta mucho para que lleguemos al viaducto (sin prestarle atención a sus amigos). Una vez ahí será una breve caminata hasta la Residencia de Ancianos de San Oswald para Magos y Brujas.

-Jenna: ¿Qué? ¿A dónde? (sin comprender, cada vez más aterrada)

-Scorpius: Mira Albus, a mí también me entusiasma ésto de ser rebelde, muy genial, el techo del tren, la diversión, pero ahora... (mira sobre la cabeza de Albus y su expresión cambia a horror) ¡NO!

-Albus: (Sigue sin prestar atención) ... El agua nos vendrá de perlas si nos falla el Encantamiento del Almohadón.

-Scorpius: Chicos... (espantado) La bruja del carrito de comida...

Jenna mira en dirección a la que miraba Scorpius y ahoga una exclamación llevándose una mano a la boca.

-Albus: ¿Qué? (ceñudo) ¿Quieres llevarte comida para el viaje?

-Scorpius: No, Albus... ¡La bruja del carrito de comida está viniendo hacia aquí! (asustado)

-Albus: Scorpius, estamos en el techo del tren...

Scorpius toma a Albus y lo voltea en la dirección donde se acerca la bruja. Ésta se va acercando lentamente y comienza a lanzarles empanadas de calabaza como si fueran granadas, las cuales explotan y los chicos sueltan una exclamación aterrados.

-Ningún estudiante baja del tren. Muchos lo han intentado: James Potter y Sirius Black, Fred y George Weasley... ¡Pero todos han fracasado!

Las manos se le transforman en afilados aguijones y les sonríe perversamente.

Así que hagan el favor, regresen a sus asientos y quédense ahí por el resto del viaje!

-Albus: Tenías razón, Scorpius... Este es un tren mágico (asombrado).

-Scorpius: En este preciso instante no me da ningún placer tener la razón (muy asustado).

-Albus: Pero yo también tenía razón... Con lo del viaducto, ¡miren! (señala hacia abajo) Eso de ahí es agua, ha llegado el momento (sonríe asustado).

-Jenna: ¡Albus, no! ¡Por favor! ¡No es buena idea...! (lo mira nerviosa y muy asustada)

-Albus: ¿No? (la mira y por un momento duda, vuelve a mirar hacia abajo) Ya no hay tiempo. A la de 3... 1, 2, ¡3! (salta y en el aire lanza el encantamiento) ¡Molliare!

-Jenna y Scorpius: ¡NO! (con los ojos como platos)

-Jenna: ¡Vamos! ¡Rápido! (le dice a Scorpius y salta sosteniendo su vestido e imitando a Albus) ¡Molliare!

La bruja del carrito está ya muy cerca, con el cabello alborotado y los aguijones visiblemente muy afilados.

-Scorpius: ¡NO, JENNA! (la ve caer) Ok... (muy nervioso mira a la bruja del carrito) Mire señora, es usted muy divertida, pero debo ir tras mis amigos. (Y salta, tapándose la nariz, pronunciando el encantamiento en el aire) ¡Molliare! 

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