Capítulo 16

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—¡Kacchan! —le cogió en sus brazos mientras su cuerpo caía inerte. Por una vez que no iba a estar solo, y le quitaban a la persona que había conseguido querer estar a su lado. ¿Quién había sido? Levantó la mirada y empezó a mirar a todos lados, aquel tipo de ataque lo reconocía, pero no podía ser, no estaban cerca de una aldea de ese tipo, o que él no hubiese apuntado en su mapa. ¡Debían de haber cogido la dirección equivocada! ¡Claro, debían pasar por la aldea de Kacchan para dirigirse hacia el Aviario! Entonces, ¿Quiénes eran ellos?
De repente apareció ante él una figura encapuchada y estuvo a punto de dar un puñetazo, cuando le agarró la mano y se quitó la capucha. Se quedó paralizado ante la persona que estaba ante él. Era el lobo el cuál le amaba y por el cuál le habían echado de su aldea.
—Todoroki...—susurró mientras se relajaba. De repente detrás de él escuchó un gruñido y vio como más personas con las que se había criado amarraban a King, el animal acompañante de Kacchan y a su vez, también al chico al cuál le había entregado su corazón hacía unos minutos.
—Midoriya...—respondió el lobo mientras se acercaba a él. —No esperaba verte en esta situación, la verdad.
—¿¡Qué estáis haciendo!? ¡Soltadlo! —empezó a gritar mientras cogían a Kacchan y a King y ese disponían a llevárselos hacia la aldea.
—Quedas readmitido en nuestra manada. —dijo Todoroki en su habitual tono neutral, pero esta vez con una ligera sonrisa en el rostro.
—¿Cómo? ¿Porqué?
—¿No te acuerdas de las normas, Midoriya?
—¡Claro que sí! Si un lobo es desterrado debe encontrar la manera de buscarse su vida en otra manada, formar la suya propia, o...entregar un presente lo bastante importante como para que le readmitan en la que le desterraron. —dijo en un tono enfadado y cansado. —No tiene sentido.
—Sí lo tiene. Has usado tus habilidades de Omega para engatusar a un león. ¡Un león! ¡Bien hecho! —contestó neutral y con una sonrisa. —El perro ha engatusado al gato. —y después de eso le dio la mano y le llevó de nuevo a la aldea.
Izuku no dijo nada, porque no sabía que hacer, es más ni siquiera sabía qué estaba pasando. Normalmente su aldea no aceptaba presentes de otras aldeas, y menos aún personas. Pero al parecer las cosas habían cambiado.
—Lo siento Kacchan...—susurró mientras era arrastrado de vuelta a su hogar, el lugar del que tanto llevaba huyendo aquellos años. Del infierno que había sido con su padre pegándole constantemente en batallas sin sentido. —...yo no quería esto.
—¿Qué dices? —preguntó Todoroki interesado en lo que susurraba. Él siempre había sido bueno con él, le escuchaba, le entendía, en algunos aspectos, pero no le correspondía. No, eso lo tenía claro. Todoroki le amaba pero no era correspondido. Es más, Izuku ni siquiera pensó en que le gustaban los hombres hasta que conoció a Katsuki. No, no le gustaban los hombres, a él solo le gustaba Kacchan. Empezaba a estar cada vez más claro, su amor solo era hacia el león, aunque fuese ciertamente imposible.
De repente se rozó los labios, ahora fríos de nuevo, sin el calor de él. Había sido mágico, pero al parecer debía luchar por lo que amaba. Hasta la muerte si era necesario. Aunque, ¿Arriesgaría por Kacchan dejar su trabajo de conocer todas las aldeas del mundo? ¿Dejar el conocimiento de lado para tenerle a él? ¿Compensaba?
Pues claro que sí, y no debía de olvidar que era su compañero, estaba seguro de que Kacchan le acompañaría hasta el fin del mundo. Además le había dicho que hasta estaba pensando en acompañarlo porque le gustaba aquello. ¡Le gustaba esa vida, como a él!
Pero ahora le habían apresado y no se sabía que iban a hacerle.
Todoroki le cogió y le escondió en un lugar alejado para hablar con él.
—Midoriya...llevo tanto tiempo esperándote. —le dijo en un susurro. Intentó acercar el cuerpo de Izuku hasta él, pero el Omega se alejó enfadado.
—¿Qué le vais a hacer?
—¿Al león? Le darán una lección por ser tan orgullosos.
—¿Qué? ¡Eso es lo que pensamos! ¡No todos son así! —gritó desesperado, sabía exactamente como era que otro lobo te diese una lección, y no deseaba que eso le ocurriese a Kacchan, de ningún modo.
—Bueno, de todas formas qué más da. Después de esto, mi padre podrá aceptarte y podremos estar juntos.
—Recuerdo que me echó porque necesitabas una pareja Alfa mujer.
—Para procrear, pero esto te puede ascender a Alfa, puedo tener una pareja mujer que me dé hijos y tú ser mi pareja oficial. —soltó con una sonrisa en los labios.
Miró la mitad de su cara quemada y recordó porqué habían sido tan buenos amigos. Tenían en común a sus padres, resultaba que los dos los maltrataban y así empezó su relación. Sin descontar que eran hermanos, claro. Los dos tenían la misma madre y padre y aquello complicaba aún más las cosas. Claro que no todos eran hermanos, algunos venían de otras aldeas y otros tenían hijos bastardos, pero normalmente los extranjeros eran los que tenían hijos con los Alfas que dominaban la manada, precisamente para que no hubiese anomalías genéticas.
—No. —susurró Izuku con la cara pálida.
—¿Qué? —le preguntó unos segundos después. —Todo está arreglado, todo estará bien. Ya no tienes que preocuparte por nada.
—Sabes que somos hermanos Todoroki. Somos de la misma pareja.
—Lo sé, pero a ti te criaron los Betas. Así que, con esto ascenderás y...
—Cumpliré el deseo de mi padre: ser de la pareja Alfa.
Eso dejó descolocado a Todoroki que le miró abrumado y su ceño normalmente neutral, ahora aparentaba nervios.
—No, estarás conmigo, para siempre. Y haremos las cosas a nuestro modo. Sin padres que nos controlen y nos digan lo que tenemos que hacer. Seremos los Alfas. —contestó soñador. Pero aquello, ese sueño que al parecer Todoroki creía que compartían era una ilusión. Pero, su sueño no era aquel, su sueño era ver mundo. Aprender. Conocer personas y cosas nuevas. Si Todoroki lo convertía en Alfa y su pareja, tendría las responsabilidades que su padre siempre había soñado. Y eso no era lo que él quería.
—Todoroki, ¿Has pensado alguna vez en lo que yo siento?
—No hace falta, tú sientes lo mismo que yo. Se te ve en tus ojos. —contestó convencido y con una sonrisa. Izuku no supo si decía la verdad, ya que Todoroki había nacido con el don de leer los ojos de las personas. Era el Lector de Almas de su manada y por eso era el heredero de la misma.
Se quedó callado tanto tiempo que a Todoroki le dio tiempo de robarle un beso. Pequeño pero finalmente un beso. Los ojos de Izuku se expandieron y tapó su boca. Estaba entre la espada y la pared. Probablemente si le decía que no, y le rechazaba, matarían a Kacchan de la forma más dolorosa posible, pero en cambio si actuaba un poco y al tener a Todoroki en la palma de su mano podría liberar a Kacchan y escapar con él, hacia el Aviario.
No, aquello era muy cruel, Todoroki era una buena persona, no merecía que le tratase así. Tal vez, si le contaba la verdad, éste podría ayudarle. A lo mejor no se lo tomaba a mal.

El Cuento Del León Y El LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora