Estuvieron entrenando toda la tarde y después fueron a nadar al lago que al parecer, según decía Deku, era genial para fortalecerse. La verdad es que Katsuki no tenía ni idea de nada, pero eso no importaba, había aprendido nuevas formas de pelear y con eso le bastaba.
Cuando estaban secándose, a orillas del lago, Midoriya quiso disculparse por todo lo ocurrido ese día.
—Kacchan, yo...quería disculparme. —dijo seguro de sí mismo. Se detuvo y obligó a Katsuki a mirarle. Éste le miró en absoluto silencio. —Lo que ha ocurrido esta mañana, ha sido todo cosa de Kirishima, él... le gusta inventar historias, pero yo no pretendía que pensase eso, es más, no tenía ni idea de que sabía adónde habíamos ido anoche. Así que...lo he arreglado, y ya no pasa nada. Está todo claro. —cogió aire y le miró a los ojos. Katsuki se acercó a él lentamente y entonces Midoriya se fijó en los moratones que tenía en el torso y las piernas, el autor de ellos era él, por supuesto.
—No me importa...
—Pues esta mañana sí parecía importarte.
—...olvidalo. Tú no lo entenderías. —dijo harto de aquella situación.
—¿Qué no entiendo? —reclamó furioso Deku. Estaba claro que quería respuestas.
—¡Lo que no entiendes es que soy un desterrado! ¡Debo cuidar lo que hago, lo que dicen de mí los demás, todo! —hizo una pausa para encarar a Deku que parecía sorprendido por la respuesta. —¿¡Cómo crees que me verán los leones de otra manada si corre el rumor por ahí que hay un león vagabundo y un lobo juntos!? —Deku estuvo en silencio un rato, estudiando sus palabras.
—¿Eso es lo único que te importa? ¿Lo que los demás digan de ti, a pesar de que sea mentira? —hizo una pausa para ver la expresión de Katsuki, y después se alejó de él, frustrado. —¡Lo único que te importa es tu hogar, y los rumores que les cuenten!
—¡Claro que me importa lo que les digan! ¡Son mi familia! ¡Tú no eres más que un extraño para mí!
—¡Entonces te debería de dar igual lo que dijese de ti! ¿No?
—¡Lo sé! ¡Pero no me da igual!
De repente la pelea se detuvo.
—¿Porqué? —Katsuki se quedó perplejo, no sabía lo que estaba diciendo. Notó un ligero brillo en los ojos de Deku, aquél que le asustaba cada vez que lo veía.
—Por que puede afectarme a largo plazo. —dijo más tranquilo. De repente el brillo se apagó.
—Eres un idiota, sólo piensas en ti mismo. —le soltó desesperado. Empezó a andar hacia la aldea dando pisadas fuertes.
—¡Sólo pienso en mí porque estoy solo!
Ese comentario hizo que Deku se diera la vuelta y le mirase fijamente.
—¡NO ESTÁS SOLO, ESTOY CONTIGO! —le gritó a pleno pulmón. —No sabes, lo que es, estar solo...—las lágrimas empezaron a caer lentamente por las mejillas del lobo. Su animal acompañante se acercó a él y caminó entre sus piernas para reconfortarlo.
Se quitó las lágrimas rápidamente y le encaró de nuevo.
—No sabes lo doloroso que es, no tienes ni idea. ¡Así que ni si te ocurra venir ahora a decirme que estás solo! —Deku. —dijo su nombre sin razón, aquel chico era fuerte, muy fuerte, incluso más fuerte que él, pero eso jamás lo admitiría. El lobo se quedó parado en el sitio, llorando a lágrima viva. Katsuki le miró asombrado, para que en ese momento estuviese soltando todo lo que llevaba dentro debía de haber estado guardándolo por mucho tiempo. Katsuki sin saber qué hacer se acercó a él lentamente hasta que estuvo frente a frente con el lobo.
De repente sin previo aviso el lobo estiró sus brazos y rodeó su torso. Era un abrazo impresionante que Katsuki no tardó en corresponder.
—Lo siento. —dijo Katsuki en su oído cuando ya estaba más calmado. —No tenía ni idea.
—Y yo lo siento por ser, un llorica. —dijo mientras se separaban lentamente, empezó a reír de vergüenza.
—Siempre tiene que haber uno llorando. —comentó Katsuki divertido mientras le revolvía su pelo rizado.
—Es verdad. —contestó mientras se quitaba las lágrimas sobrantes y se secaba las mejillas.
—No sabía que lo habías pasado tan mal. Es más, no sé si te fuiste de casa o te echaron, como a mí. —Deku se quedó parado y empezó a andar hacia el lago de nuevo. Parecía que tenía ganas de pasar tiempo con él.
—Verás...no me apetece mucho contarte mucho sobre mi pasado, además no creo que te importe.
—Cierto, no me importa. Pero es curiosidad. —le soltó como si nada. Deku le miró alucinado mientras se sentaba a la orilla del lago. Katsuki le regaló una sonrisa traviesa.
—Que te den. —le respondió Deku mientras se quitaba los guantes y metía las manos en el agua para relajarse. —Pues como sólo tienes curiosidad…
—¡No! Espera, cuenta, cuenta. Me interesa. Quiero saber si eres un rebelde o un valiente. —le dijo mientras se sentaba a su lado.
—…de acuerdo. Pues resulta que fue una mezcla de las dos cosas. —Katsuki se le quedó mirando extrañado. —Verás, ya sabes que soy un Omega, pues un Alfa se interesó por mí. El Alfa que iba a quedarse con la manada cuando muriese el actual. —Deku sufrió un escalofrío por su espalda, pero continuó hablando como si nada. —Hubo un enorme problema. El caso es que el Alfa que se interesó por mí era un chico, un hombre. —Katsuki abrió sus ojos de la impresión. —Y resulta que ese Alfa en especial debía escoger a otro Alfa, mujer, para poder tener hijos en un futuro. El Alfa se negó a dejarme y me echaron. —después de eso miró a Katsuki que estaba alucinado.
—¡Pero si ni siquiera fue tu culpa gustarle a un tío!
—Ya, pero el problema era que le gustaba, y mucho, así que el Alfa, o dominante, como lo llamas tú, me echó para que su heredero buscase otras posibilidades. —Katsuki empezó a arder de la ira. ¡Ese chico había sido expulsado de su hogar por un idiota que se había enamorado de él! ¡Menuda locura!
—¿Tu familia no te defendió?
—Supongo que te refieres a mi padre, que después de entrenarme tanto, temería perderme...—hizo una pausa. —Pues no. No hizo nada. Es más ni siquiera intentó ayudarme cuando me fui. No me dio comida, ni agua, ni ropa. —Katsuki se quedó alucinado. Aquello no podía ser cierto. Era demasiado alocado para serlo.
—Vaya mierda.
—Lo que soy lo he conseguido solo. —dijo sonriendo dolorosamente.
—Sí, así estás de loco. Y por eso hablas solo.
—¿Hablo solo?
—Sí, das miedo.
—¡Ah! ¡Dices cuando digo las cosas que pienso! —empezó a reírse como un loco.
—Lo dicho, estás loco.
—¡Sí!¡Y tú más por ser amigo de uno!
—¡JAH! ¡YO SIEMPRE SERÉ EL MEJOR DE LOS DOS!
—¡Dímelo cuando aprendas a pelear con las piernas! ¡GATITO!
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El Cuento Del León Y El Lobo
Fiksi PenggemarUn mundo en el que las personas viven acompañadas de animales, como parte de sus almas. Un mundo en el que, a pesar de la diversidad de razas, religiones, leyendas, dioses...hay grandes desigualdades y guerras. Un mundo muy parecido al nuestro, pero...