14- Ink.

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Casi se cae al tropezarse con sus propios pies tratando de llegar rápido al sector, para su buena suerte pudo equilibrarse y así actuar como si nada al entrar. Ahora mismo no había más clientes, así que buscó con la mirada al azabache, causándole emoción casi nada discreta al encontrarlo a la pared con sus dos compañeros.

Tenía tanta curiosidad, era de esas atracciones que no era del todo por el físico, sino por algo invisible, una fuerza que no podía ver pero le provocaba tener deseos profundos de poder entablar una conversación, pero a veces no podía controlarse, y desde esa vez que su primer intento de conversación había desencadenado el inicio de una mala amistad.

Suspiró, y se sentó en los asientos que estaban hechos para interactuar con los mininos, y rápidamente un gatito moteado corrió hasta él con maullidos calmados y bajos. Era el gato que había encontrado en la calle personalmente y lo trajo al local, donde se podía adoptar a estos felinos si deseaba, pero no quería llevárselo, sabía que estaba mejor en ese ambiente con otros gatos que en casa siendo mal cuidado por su familia y él mismo.

Jammy, así se llamaba y desconocía porque lo habían llamado así, quizás un nombre al azar, pero lo adoraba, lo dejó a un lado para inclinar su propio cuerpo hasta el asiento y así el minino con su patita tocó su cara, se quedaba siempre ahí esperando a que llegara un cliente.

3 Sirvientes; 3 clientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora