59- Reaper.

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El de capucha tuvo permitido subir aquel día, estaba muy alegre de que Geno recuperara poco a poco la confianza, así podía charlar con más libertad, poder su apoyo y no cometer el mismo error, a veces se le escapaban chistes de otro sentido pero Geno ya no respondía negativamente a estos.

— Te tengo una sorpresa, bae~.

— No me llames así. —Respondió al instante— ¿Qué sorpresa?

Sonriendo animado, se sentó a su lado sacando de su mochila de la universidad una bolsa de plástico, el de bufanda estaba notoriamente sorprendido, alzando una ceja por tal regalo, un suave rubor se mantuvo en sus mejillas, sonrió incrédulo.

— ¿A caso quieres algo a cambio?

— Sí, que lo uses ahora.

—... Si es un vestido te juro que...

— Heh, ábrelo, Geno ~.

El menor sin rechazar abrió la bolsa, teniendo que darse unos segundos antes de poder estirar la prenda y verla más a fondo, era una falda.

—... Una falda. ¿Sabes que es casi lo mismo que un vestido, verdad? Te creí menos idiota.

— Qué bobo eres, Geno~. Es una falda sí, pero short también.

El menor vio esto y se levantó rápidamente, Reaper se sonrió, sabía que tal sorpresa había sido la cereza del pastel y un buen argumento para que el adverso probara con cosas simples antes de un vestido de sirviente.

— Yo...

— Anda, pruébalo.

— No creo que sea necesario. —Bufó.

— No voy a husmear, lo prometo.

Suspiró hondo, y se fue a las tablas que solo dejaban mostrar sus tobillos, Reaper al notar como el pantalón ajeno caía hasta sus pies le hizo tener unos pensamientos para nada puros, y muchas veces la tentación le hacía querer faltar a su palabra, pero debía mantener el control, se lo había prometido a Geno e iba a cumplirlo.

No obstante cuando se asomó, con sus mejillas coloradas, su entrecejo fruncido y la falda que quedaba sobre sus rodillas de color negro con una línea cerca de los bordes haciendo un lindo detalle hacía de su mente una explosión de pensamientos muy sucios, no podía parar de repetir para sí mismo "joder".

Se veía... Endemoniadamente tierno y encantador.

— Joder. —Se le escapó una— Le atiné a la talla...~ Sabía que tenías las caderas perfectas para la marca.

Geno guardó silencio, se le acercó dándole un golpe en su frente.

— Me voy a quitar esto y tirarlo a l-la basura.

— Si estás consciente que estarás sin nada frente a mí pues no me quejo~.

Reaper rió, ganándose otro golpe, pero tal momento dejó de ser bromista cuando Geno suspiró, arreglándose su nueva prenda.

—... Gracias, no creo igual salir con esto...

— No te obligo a que lo hagas, pero al menos, lo intentes, si te sientes incómodo usándolo, puedes guardarlo, no acepto devoluciones. —Guiñó una cuenca— Quiero que... veas que te ves muy bien.

Geno chasqueó la lengua, cruzándose de brazos, Reaper le miró y sintió alivio al ver su sonrisa que ocultaba con su bufanda.

—... Me cambiaré de nuevo.

— Ve~.

3 Sirvientes; 3 clientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora