47- Reaper.

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Pese los esfuerzos de Error en poder hablar con Reaper y parar todo acto malicioso, el de capucha pasaba siempre en zonas que no podía ser interrumpido, entre una era su casa estudiando y la otra era pasar justamente donde nadie le tenía permitido pero todos estaban distraídos.

Ya se sabía el horario de memoria del de bufanda, y verle en la habitación no era para nada nuevo, aunque sí notar que su cuerpo apenas abrió la puerta comenzó a temblar, cosa que Reaper no percibió, pues estaba ciego de la diversión y placer que le causaba avergonzar al menor.

— Hey, Bae ~

— Aléjate de mí...

Llevaban varias semanas repitiendo el mismo patrón, haciendo que para Geno fuera una tortura asistir al trabajo, su hermano ya sabía de lo alterado que estaba por cada ruido a su derredor, y pronto sabía que su amigo Blard lo sabría, y pese quería contarle, no sabía qué esperar de Reaper, podía combatirlo solo.

— Estoy muy lejos, casi a tres metros.

— No sabes contar. ¡Deja de acercarte! ¡D-De verdad!

Las reacciones del de bufanda eran mucho más desesperadas que las anteriores veces, hasta el punto que también retrocedió y chocó con el espejo, Reaper le sonrió ladino, y por puro gusto había puesto su mano al lado de la cabeza ajena, Geno tenía una expresión de angustia y exasperación total.

— Ya estoy aburrido... —Susurró entrecortado Geno, desviando el rostro para apegarlo al vidrio del espejo— Ya estoy aburrido que me hagas esto todos los malditos días... E-Estás haciendo que odie mi trabajo, haces que recuerde a todos los malditos que me recordaban que este mundo es asquerosamente injusto... Te odio... Te odio demasiado...

Reaper había quedado quieto durante toda esa confesión, pues ver las lágrimas del menor no se las había esperado, menos que aunque hablara y hacía gesto de ahogarse por el poco aire que entraba no se detenía.

— Geno... yo.

— ¡NO! ¡NO ME TOQUES!

Geno reaccionó empujándolo con ambas manos en su pecho, aunque esto también lo impulsó a él y cayó al suelo al tropezarse con el espejo, al menos este solo tambaleó y no empeoró las cosas.

El de bufanda todavía desesperado y en medio de su explosión tomó lo que hubiera cerca él y se lo empezó a tirar, gritando varios insultos. Reaper en medio de su impacto, trataba de esquivar casi en vano. Todavía estaba absorto de lo que había hecho por su estupidez, se estaba sintiendo mal.

La puerta se abrió y de ahí salió unos empleados, sacaron a Reaper a rastras, y no porque se negaba, sino que no respondía totalmente y fue expulsado del área de gatos, había sido todo muy rápido. 

3 Sirvientes; 3 clientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora