46- Error.

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Estaba muy mosqueado, fastidiado, y sabía que no estaba exagerando debido a que lo que sucedía sí que era grave; su hermano estaba alterado desde que su compañero Reaper había comenzado a hacer de las suyas, sabía que él podía devorar con la mirada pero Geno no aceptaría tales cosas, y combinando la obstinación del de capucha solo empeoraba las cosas.

Había intentado conversar con Reaper pero justamente esos días no había mucho tiempo entre los dos, solo quedaba pillarlo desprevenido, mientras tanto, iba a repetir la antigua rutina, que era quedarse con su hermano e irse juntos, así mismo también podría pasar más tiempo con los mininos, así que todo su enojo saldría volando cuando pudiera estar a solas con sus queridos felinos.

Pero sus planes siempre tenían que fallar, el destino parecía que no le dejaba hacer lo que él quería al plan de la letra, pero no se esperó que Ink estuviera en el local a esas horas, su hermano parecía estar arriba, pero la sonrisa despreocupada le hizo dudar si debía tranquilizarse o no.

— ¿Mi hermano está arriba?

Ink, que hasta ahora no había notado de la presencia de otro, se sobresaltó al igual que el minino que tenía entre sus brazos, gato que el azabache reconoció de inmediato, se trataba del pequeño Jammy. Frunció el ceño.

— ¡Ah...! ¡Hola, Error! ¡No esperaba verte acá! Tu hermano... tu hermano está arriba, pero tranquilo, está solo.

— Apenas me notaste, ¿Cómo he de confiar en ti?

— Geno es mi amigo, no me gusta verlo así. —Suspiró.

— De verdad es que ni sé cómo es posible que este tipo hiciera de las suyas sin que le paren los carros. ¡Entró a la sala de empleados!

— Bueno, cualquiera se distrae con los gatitos. —Rió bajito— Mucho más cuando tenemos a esta preciosura.

Ink alzó al minino con sus manos, este maulló una vez y fue bajado al instante, ahí fue cuando el felino se acercó a zancadas donde la pierna de Error para comenzar a frotarse. El azabache no pudo contra la tentación, detestaba no poder darles mimos cuando le pedían, así que se arrodilló al igual como estaba Ink, y comenzó a darle caricias.

— Awn, es primera vez que veo que le agrada alguien.

— Pues claro, me ama.

El de mancha de mejilla soltó una boba risa, una que llamó la atención del azabache, nunca había podido ver su sonrisa tan de cerca, y estar en una situación que antes hubiera querido evitar.

— Jammy le cuesta relacionarse con otros clientes, o por lo menos, no se acerca a otros con tanto cariño. —Se acercó un poco, para también mimar a quien ronroneaba— Desde pequeño que era así.

— Según sepa, Jammy llegó con cuatro meses, ¿Cómo que pequeño?

— ¡Yo lo encontré! —Amplió su sonrisa— Estuvo un tiempo en el veterinario, pero le iba a visitar y me dejaban alimentarlo, es mi lindo gatito favorito.

Error se tragó la frase "También es el mío".

— Te jodes, es mío.

— ¡Ow! ¡No seas malo! —Infló los mofletes.

— Qué pena, tú lo dejaste acá.

— No podía, ni puedo... Yo...

El ambiente se hizo incómodo, Ink casi soltaba su estado familiar, pero se cohibió; Error le observó, y notó que había hecho una acotación indebida.

Afortunadamente, Geno bajaba por las escaleras, y al encontrar a ambos bastante cerca con el minino en brazos de Error, sonrió, cansado.

— ¿Ya supieron que tienen un gato favorito en común?

— ¡Ohh! ¿¡Es tu favorito!?

Error se tiñó ligeramente de su rubor, y dejó al gato en el suelo para darles la espalda, Geno se reía.

— Cállate, vámonos de una vez.

Geno le sonrió a Ink, y viceversa, por lo menos ellos iban bien. 

3 Sirvientes; 3 clientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora