35- Reaper.

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Estaba algo agotado pero por fin podía nuevamente visitar el café con la excusa de poder despejarse y así acompañar a Outer, aunque tenía cierta parte una realidad, habían veces que la universidad no le dejaba tranquilo y debía salir de su zona de confort, ahora podía volver con un buen café junto a su compañero de cafeína, quien ya estaba viendo a los gatos algo distraído.

El de capucha chasqueó los dedos para llamar su atención, lográndolo a duras penas.

— ¿Qué tanto piensas, Outer?

— Pienso que es impresionante como los gatos no dejan pelo.

— Me imagino a alguien tras ellos para limpiar.

— O los peinan todos los días.

— Deben pagar bien con ello. —Se sonrió Reaper, ganando ahora la mirada del esqueleto esponjoso.

— Algo me dice que no sería dinero lo que querrías a cambio de ese empleo.

El mayor sonrió ladino, de una forma que hizo suspirar a Outer, con el significado evidente de paciencia, no era primera vez que Reaper tenía interés sobre alguien, pero agradecía que sus métodos no pasaran más allá de miradas, como era atractivo ya se ganaba una cita gratis; disfrutaba y listo. O así creía Outer, no lo conocía del todo para saber todo del adverso, pero sí sus intenciones.

— Ajá. —Asintió.

— Uhm, ¿Con el hermano de Error?

— ¿Tan obvio soy?

— No dejas de mirarlo, Reaper, y creo que si Error estuviera acá te golpearía.

— Heh. —Se rió bajo, mientras tomaba un sorbo del café que el nuevo sirviente, ccino según la placa le había entregado, le miró de reojo cuando se iba y se encogió de hombros— Me di cuenta que prefiero ver a alguien que no quiere usar vestido usándolo a que uno que lo usa todos los días.

— Confieso que no es mi mayor interés al venir acá.

— ¿Y el niño pequitas de oro del otro día? A ese que espantaste con la mirada. —Rió mofándose, Outer sonrió calmo aunque se notó el breve titubeo al alzar la cabeza por la mención de aquel chico.

— Welp, quizás sí uno. —Terminó su café, para empezar a acariciar al pequeño gatito, quien le hizo sonreír al recordar al mesero con nombre desconocido— Traté de hablarle dos veces pero me evadió.

— ¿Y qué piensas?

— Que es curioso.

— No, me refiero de qué error crees que hiciste.

— Eh. No creo que nada.

— Outer, Outer, debes aprender del maestro en miradas, estudiante. —Guiñó el ojo.

— Enséñame con un ejemplo, porque ahí va tu presa, maestro.

Reaper giró el rostro para nada disimulado hacia donde indicó Outer, ahí estaba Geno entrando a la sala de solo personal autorizado, Reaper dejó el dinero al contrario y tras un "no me esperes" se acercó al de bufanda roja. 

3 Sirvientes; 3 clientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora