3 Sirvientes; 3 clientes.

66- Outer.

Le gustaba visitar un poco antes a Stave para poder servirse algo y ver a la pequeña gatita que ambos pudieron salvar, más el de pecas quien había actuado bien. Ciertamente la minino crecía más fuerte cada vez, pero todavía no se le iba la costumbre de acurrucarse entre sus ropas, tenía ciertas ideas sobre ella, pues también se había encariñado con el animal, y justamente sería una buena forma para que después del año, no tuviera que verla solo cuando tuviera el tiempo por la universidad, su amigo se iría del local y sería triste esa despedida.

Primero debía preguntarle a Stave si tenía planes para ella, después daría su propuesta. Solo tuvo que esperar un momento para que el menor llegara con su ropa más informal, sentándose a su lado mucho más animado, le gustaba verle así, era inevitable sentirse bien si el otro lo estaba.

— Si Stella sigue creciendo se volverá una bufanda si se enrolla en tu cuello como ahora.

— Sería la nueva moda.

— Sí, fantástica moda, todos los defensores de los animales lo van amar.

Outer negó con la cabeza riendo, y bajó a la gatita para que se acomodara al menos en sus piernas, la minino ronroneando y maullando volvió a su posición anterior, Stave soltó una risa, divertido de tal escena.

— Si a ella le gusta ser una bufanda ¿Qué problema habría? —Refutó Outer.

— Ciertamente. —Se encogió de hombros— Blard aceptó la idea, ¿Te lo dije?

— Creo que es la cuarta vez. —Stave desvió la mirada con una sonrisa apenada.

— Es que no me lo creo, fue muy sencillo.

— ¿Tu jefe sabe de la noticia?

— No somos tan amigos, la verdad. —Confesó— Es más de mi hermano que el mío. Él se lo contará, supongo, de todos modos sabe que a final de año me iré.

— Queda poco...

— Sí...

Quedaron en silencio, solo entre ellos pues el murmullo del local era lo suficiente para entender las conversaciones ajenas, el mayor le dedicó una mirada a Stave, que estaba acariciando la cabeza del animal.

— ¿Al final... No piensas quedarte con la gata?

— No lo sé... No quiero que esté sola, mi mamá y hermano trabajan y yo estudiaré. Acá está más contenta con sus amigos gatos.

Outer sonrió enternecido, ahora dudoso si querer adoptarla o no, quizás podría llevarse junto a otro gato para que pudiera estar acompañada cada vez que estuviera fuera de casa, Stave notó ese silencio.

— Oh, ya sé lo que piensas, ¿Te la quieres llevar tú?

— Me pillaste. —La minino se retiró a por comida, Outer se estiró un poco— Pero ahora estoy algo inseguro, no querría arrebatarle a los demás.

— Si todos pensaran eso, el café estaría sobreexplotado de gatos. —Comentó el de pecas— Adoptar es gratis, de seguro estaría cómoda en tu casa, departamento, donde sea.

— Hogar.

— Eso no especifica.

— Heh... Welp... Quizás lo haga, pero deberé comprar algunas cosas para que esté cómoda. Gracias por la promoción. —Guiñó una cuenca.

— Yo... Podría ayudarte. No podré tenerla yo pero sé que contigo estaría con buenas manos.

— No te preocupes, no la adoptaré ahora mismo, la seguirás viendo.

— Entonces déjame hablar con mi jefe, así la quitamos de la ficha. —Se levantó— Tanto rollo para tenerla ahí para que no durara mucho. Pfft.

— No me arrepiento.