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El calor de la cabaña, proveniente de la chimenea, calentó el frío cuerpo de Jimin. A pesar de haber caminado, sus mejillas se habían helado y su ropa estaba húmeda, ni siquiera había notado aquello, ya que su atención había estado enfocada en encontrar a Yoongi.

El chico, un "lobo", estaba sacando las cosas de la canasta, maravillándose con el aroma del pan, la variedad de mermeladas y el penetrante olor del café de grano. Sus ojos se encontraban a cada instante, como si quisiera agradecerle el ser alimentado por él, lo observaba de una forma intensa, como si Jimin fuera lo único que tuviera en el mundo.

—Deberías quitarte eso —sugirió Yoongi apuntando las ropas del menor—, podrías enfermarte si no dejas que se sequen.

—¿Deseas que esté desnudo? —cuestionó con una falsa sonrisa inocente en el rostro, sus manos estiraron el lazo de la capa y está cayó a sus pies—. Debes estar hambriento... lobo.

—¿Tú madre nunca te advirtió que el lobo te puede comer? ¿Tanto te gusta que hunda mis dientes en tu cuello, que escuche tus gritos y me entierre en ti?

Jimin soltó un jadeo cuando comenzó a avanzar, sus dedos desabotonaron la camisa rápidamente y la quitó de su cuerpo. Cuando llegó al lado del Yoongi tomó una de sus grandes manos para dejarla sobre su pecho, las yemas del mayor recorrieron su piel, hicieron círculos sobre sus pezones y, bajo la atenta mirada del castaño, lamió sus labios al escuchar un nuevo gemido.

—¿No es obvio que me encanta sentirte? —murmuró como respuesta a las preguntas antes hechas por el lobo. Su cabeza daba vueltas ante lo que se aproximaba, lo había extrañado—, ven.

Yoongi lamió sus labios antes de posarlos sobre el caliente cuello del menor, la sensación húmeda sobre su extensión comenzó a excitarlo, sus dientes se encajaron en ese sector suavemente, con cariño. Con sus ojos cerrados pudo sentir las grandes manos del contrario aferrarse a su cintura, sus pulgares se hundieron bajo sus costillas y delinearon el hueso que sobresalía. Jimin soltó un suspiro antes de que los labios del otro se posaran sobre los suyos, mordió sus labios como todo un lobo feroz, la fuerza con la que lo tomó le hizo soltar un grito de dolor.

—Ah~ Yoongi.

—¿Te gusta así? —Jimin murmuró un «si» sobre los labios del otro, sonriendo—. ¿Qué quieres que te haga Caperucita?

La pequeña mano derecha del menor se posó sobre el miembro de Yoongi, sus dedos delinearon su dura extensión, se sentía cálido y palpitaba furioso bajo el tacto del castaño. Jimin se volvió completamente loco.

—Quiero que me folles lobo.

♥️

Un pequeño adelanto en medio de mi hiatus indefinido, jaja
Gracias por la aceptación que ha tenido esto, es sorprendente ♥️

~ i t s l e e l u ~

Red » YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora