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Yoongi lo detuvo poniendo una mano en su hombro mientras estaba moviéndose hasta donde estaba su madre, movió ligeramente su cabeza en forma de negación. «No» pronunció con sus lindos labios. Jimin sabía que significaba aquello, su lobo pretendía sacrificarse por él, estaba dispuesto a manchar sus blancas manos con la inmunda sangre de su madre con tal de que él no siga convirtiéndose en un monstruo. Pero en aquel momento, daba lo mismo aquello, él estaba completamente corrompido.

—Jimin —insistió otra vez Yoongi—. ¿Siquiera has pensado qué harás tras esto? Déjamelo a mí, tú tienes una vida a la cual volver, por la cual vivir, en cambio yo, no existo.

—¿Una vida? Eso no es vida, lobo. Fingir todo el día que eres una persona distinta a la que eres, relacionarte con personas falsas es horrible, esa que está allá -habló refiriéndose al pueblo- no es mi vida. Y después de esta noche, no importa qué pase conmigo.

—No lo hagas —pidió nuevamente—, por favor.

Jimin se giró, enfrentándolo. Estaba enfadado, su entrecejo estaba unido y un ligero color rojo manchaba su rostro.

—Si no me dejas hacerlo, si interfieres, no me importará acabar contigo lobo —su voz sonó fuerte, dura y completamente determinada. Nadie se pondría en su camino.

—Entonces hazlo —dijo extendiendo sus brazos y exponiendo su pecho—, adelante.

Jimin no dudó, caminó hacia donde estaban los cubiertos con paso firme y escogió el cuchillo con más filo de todos. Al volver con el lobo enterró ligeramente la punta de este debajo de su mentón, lo observó con furia, cegado por el odio y el resentimiento. Él pudo haberle ayudado a escapar, a traer a su madre hasta esa trampa, pero Jimin no olvidaba el martirio que le hizo vivir el lobo durante tanto tiempo. Desconfiaba tanto de él, al punto de no saber qué cosas que decía eran ciertas o no.

Amaba al lobo con locura, como nunca había hecho antes, pero no era suficiente para detenerlo. Si es que la mujer llegara a sobrevivir no se lo perdonaría nunca, no podía arriesgarse, darle en el gusto a ella de asesinarlo. Jimin tenía que asegurarse con sus propias manos de que ella no lo iba a molestar más.

Yoongi hizo un gesto de dolor y fijó sus ojos en los de Jimin; tan dulce, tan sereno y tan protector. Caperucita lo odiaba tanto como lo amaba y no podía...

—Hazlo Jimin —susurró el lobo con una voz temblorosa.

No lo soportaba.

No quería seguir observándolo.

Y supo que se había rendido cuando de sus ojos cayó la primera lágrima. ¿Cuánto había sacrificado por el lobo? ¿Cuánto había hecho por él?

Su mano temblo y bajó lentamente el cuchillo. Inmediatamente Yoongi cubrió su rostro con sus grandes y calidas manos, retirando suavemente las lágrimas con sus pulgares. Jimin lloró más fuerte, con más dolor, desahogandose por tantos meses alejado de su lobo, de su todo. Y a través de sus lágrimas observó que su lobo también estaba llorando.

Le dolía tanto el corazón, como si una fuerza invisible se lo estuviera estrujando, como si no tuviera piedad con su órgano vital. Lo necesitaba tanto.

—Perdóname —murmuró Yoongi—, fui tan injusto contigo en el último tiempo, debí decirte la verdad hace mucho, debí arrancarte de los brazos de mi madre y proponerte el vivir juntos y solos. Pero tenía miedo de que ella apareciera de la nada, de que te volviera lo que eres ahora. Perdón por llegar tarde.

Jimin lo abrazó con cuidado, ya que aún sostenía el cuchillo, y lloró en su pecho mientras asentía. Lo perdonaba, sabía que él haría absolutamente todo lo que su lobo le pidiera, que le perdonaría todo. No importaba nada de lo que hubiera pasado entre ellos, ya que él solo necesitaba sentir a su sincero lobo.

—Te amo tanto Jimin —continuó hablando—, haría todo por tí, ¿lo sabes?

—Lo sé —respondió con seguridad Jimin—, déjame hacerlo, por favor. Tengo que hacerlo.

El agarre de Yoongi se hizo más fuerte y sintió como él depositaba un beso en su cabeza. Jimin perdió la cuenta de cuánto tiempo estuvo en esa posición con el lobo, ya que sentía que había retrocedido a esos tiempos en dónde su amor estaban naciendo, cuando ambos estaban limpios, cuando no habían matado a nadie para poder vivir su amor.

—Esta bien —dijo finalmente Yoongi—, hazlo.— Caperucita se separó del cuerpo del lobo y le sonrió con dulzura, libre de cualquier sentimiento negativo que pudiera sentir por él-, pero más te vale hacerlo pronto, estaré ansioso por nuestra reconciliación.

Se acercó a Jimin y le dió un corto beso, uno suave y cálido. Algo breve, pero que significó mucho.

—Cuando esto acabe estaré contigo Yoongi, pasaré mi vida a tu lado.

🐺

uwu

Hoy me siento nostálgica y algo solitaria, pero aquella soledad que hace bien. Es algo extraño.

Espero que estén bien de salud y estén con sus familias :)

¡Disfruten el capítulo!

~ i t s l e e l u ~

Red » YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora