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La sopa caliente emanaba un aroma increíble, el estómago de Jimin rugió como si no hubiera comido nada en las últimas horas, pero la larga caminata y las horas de sexo junto a Yoongi justificaban el que su cuerpo anhelara la deliciosa comida de su madre.

—¿Cómo está mi madre? —le preguntó la señora Park sentándose frente a su plato y con trozo de pan en las manos—. ¿No dió muchos problemas?

—Claro que no, es tan dulce y me gusta pasar tiempo con ella. Además, cada vez está más grande.

—¿Ah sí?

—Si. Tiene unas orejas tan grandes para oírme mejor, unos ojos gigantes para verme mejor... Todo en ella es grande.

Su madre rió y Jimin le dedicó una infantil sonrisa. Las apariencias indicaban de que el chico de la caperuza roja era alguien ingenuo, mimado e infantil.

—¿Debería acompañarte algún día? —La sonrisa del pequeño se borró y sus puños tomaron con fuerza los cubiertos que estaba sosteniendo—. Hace mucho tiempo que no la visito.

—Pero mamá —llamó su atención con una voz monótona—, si vas te encontrarás con el lobo y él te puede comer.

Nuevamente la risa de la señora Park se hizo presente en la escena, bajo la atenta y fría mirada de su hijo.

—El lobo no ha aparecido en años Jiminnie, quizás hasta esté muerto —mencionó con una alegría genuina.

—¿Te gustaría que el lobo haya muerto?

—Por supuesto, solo es alguien que es molesto y que no nos permite ir más allá. La sola existencia de ese lobo nos condiciona nuestra libertad.

Jimin asintió. Sus músculos se relajaron y siguió comiendo en silencio.

—Supongo que tienes razón —habló después de un rato—, ese estúpido lobo estaría mejor bajo tierra. Nadie lo extrañaría. .

—Nadie lo extraña en este momento, las personas viven felices sin ver tantos lobos sueltos.

El joven suspiró al comprender que esos lobos tuvieron el mismo destino que su lobito. ¿Cuántos serían?, ¿cuántos niños fueron arrojados al bosque solo por el hecho de nacer?

Al terminar de comer se levantó y tomó ambos platos para lavarlos. Jimin era un hijo ejemplar, debía mantener esa fachada por siempre. Era bastante perfeccionista cuando hacía cualquier cosa, pero aquella tarde, el chico de la caperuza roja cometió muchos errores, un vaso se había caído y no había limpiado bien un plato. Su mente estaba en otro lado.

Quería estar con su lobo, a pesar de ser solo una herramienta para él, Jimin lo quería, lo necesitaba. Deseaba ir con él, besar sus dulces labios y dejar que el otro calmara el fuego abrasador que estaba en su interior.

Deseaba que Yoongi se enterrara fuerte en su interior.

🐺

El gif 💜

Gracias por leer.

~ i t s l e e l u ~

Red » YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora