Red » Yoonmin

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Sigilosamente Jimin tomó su caperuza roja y la puso sobre su ropa seca. Habían pasado horas en donde parecía que la lluvia no haría nuevamente su aparición, y su querido lobo estaba profundamente dormido. Con sumo cuidado se acercó a la puerta y la abrió procurando no emitir sonido alguno, cuando pudo estar en el exterior Yoongi soltó un pequeño gruñido que lo mantuvo alerta, sin embargo este no despertó.

Bajó la pequeña escalera que lo conducía al interior de la cabaña y tras darle un rápido vistazo al cielo despejado y estrellado, rodeó la vivienda hasta dar con el patio.

El suelo era inestable por la lluvia caída, en muchos pasos Jimin tuvo que lidiar con que el barro succionara su pie, lo cual le dificultó la tarea de mantenerse en silencio. Una serie de maldiciones escapaba por su boca cada vez que esto ocurría, por lo que a su labor, se le sumó el mirar hacia atrás para cerciorarse de que el lobo no había despertado.

Cuando por fin llegó a la improvisada tumba de su abuela se detuvo, poniendo ambos pies juntos al borde de dónde la tierra parecía querer hundirse. Observó el cielo una vez más y sonrió.

Deseaba reír con todas sus fuerzas, pero el contexto lo limitaba.

Cada vez que veía en qué había terminado esa mujer su corazón se llenaba de gozo, sentía como si le inyectaran repentinamente una dosis de energía. Incluso el recordar su rostro desfigurado por verlo junto al lobo en su cama, disfrutando del inmenso placer que este le estaba entregaba hacia que quisiera revolcarse en la tierra de la alegría.

Podía rememorar la manera en que él la vió, en cómo con una sonrisa tétrica en el rostro murmuró un «gané». A su memoria llegaba también el rostro de Yoongi, el temor en sus ojos, en cómo lo buscaba para saber qué hacer.

Y Jimin sabía perfectamente lo que debía hacer su querido lobo. Con falsas lágrimas, inspirando lastima y con un cuestionable temblor en su voz le rogó que lo protegiera, que lo escogiera a él. Y Yoongi, como buen lobo que es, cuidó de su amo.

Atacó.

Mientras Yoongi despedazaba a su querida abuela, Jimin lo observaba maravillado, extasiado, feliz.

Por fin se había desecho de una de las personas que le había arruinado la vida, por fin había encontrado a alguien tan fiel que podía asesinar por él.

No pudo reprimir la pequeña risa que salió de sus labios. Giró su cabeza, posando su mirada en la vieja cabaña qué tanta repulsión le daba y suspiró.

—Estúpido lobo —murmuró para sí.

🐺

¡He llegado!

¿Qué les pareció? 🌚👀
Ojalá les esté gustando esto, lo escribo con mucho amor ♥️

Gracias por estar aquí :)

~ i t s l e e l u ~