Red » Yoonmin

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Tomó la base de su pene con su mano para alinearlo con la entrada del contrario, quién estaba respirando erráticamente y poseía un lindo tinte rojo en sus mejillas, pequeñas perlas de sudor se habían formado en su frente y su gran mano reposaba, tranquilamente, sobre sus labios que se encontraban semiabiertos.

Sintió como su glande encajaba con el inicio de su ano, escuchando el grito desgarrador de su lobo escapar desde su garganta. Sus músculos se tensaron más aún a su alrededor, por lo que Jimin decidió no hacer ningún movimiento en su interior, con la mano que tenía libre comenzó a acariciar los muslos de Yoongi, para que esté se pudiera relajar nuevamente.

—Tranquilo amor —habló calmado Jimin—, pasará pronto.

Yoongi asintió con su cabeza mientras cerraba sus ojos. Se dejó llevar por las sutiles caricias de su dueño, y el dolor infernal que había sentido cuando el otro ingresó a él se iba convirtiendo en una sensación dolorosa-agradable.

—Puedes moverte —susurró.

Y Jimin comenzó a empujar lentamente su pene en el interior del lobo, disfrutando su calidez, su exquisitez. Yoongi lo apretaba de una forma deliciosa, envolviendo su base por completo y dándole la bienvenida como nadie nunca lo había hecho.

Observó al contrario quién había retirado su mano de sus labios y ahora podía ver aquellos belfos rojos, brillantes por su propia saliva, pedir más.

Unos angelicales gemidos escaparon de Yoongi cuando Jimin decidió salir y entrar con una mayor fuerza. Comenzando así un seductor vaiven que hacía que ambos gimieran descontrolados.

Los dedos de Yoongi se enterraron en la sábana, sus pequeños dientes mordieron su belfo inferior, tratando de reprimir un grito más alto y su gran pene comenzó a chorrear un líquido preseminal. Jimin acarició el pene del contrario, sobando su base y dándole toda la atención que este requería.

Estaba completamente embelesado por la belleza que tenía su lobito al ser dominado completamente, al ser acariciado y alimentado de aquella forma. Sus blancas mejillas, ahora convertidas en un rojo escarlata creaban la imagen perfecta de un perrito dócil, más aún cuando sus profundos y brillantes ojos le observaban agradecido desde abajo.

Jimin amó aquella tarde como nunca a Yoongi.

Con embestidas más rudas Jimin se corrió en el interior de su lobo y Yoongi se corrió en la mano de su caperucita. Sus respiraciones completamente agitadas y sincronizadas le hicieron sonreír. El chico se inclinó para besar suavemente al mayor, agradeciéndole en tanto el haberle dado la oportunidad de tener una nueva experiencia dentro de su relación.

Tras salirse de su interior, Jimin se acostó a su costado, abrazando el pecho del contrario y sintiendo con las yemas de sus dedos como su piel aún estaba ardiendo.

—Eso fue asombroso Jimin —mencionó el lobo con una sonrisa en el rostro.

—Así me sentí la primera vez que estuvimos juntos, aunque creo que esta vez fue mucho mejor... La diferencia entre tener sexo y hacer el amor es gigante.

—¿Oh? —Yoongi rió con un ronca risa—. ¿Y ahora qué hicimos?

—El amor lobito.

Se besaron una vez más, sintiendo sus corazones golpetear el pecho del contrario. No obstante estos mismos dejaron de latir de un momento a otro, en el que sus ojos se abrieron de la impresión y una expresión de terror inundó sus rostros.

Un par de disparos no tan lejos de la cabaña enfriaron su sangre y el temor de perder a su lobo se hizo aún más grande.

La cacería de lobos había comenzado.

🐺

Bien, esta vez no demoré nada. Quería terminar el momento Jimsu ya que estaba bastante inspirada c;

Espero que les guste y espero volver antes de terminar mis clases.

¡Gracias por las leídas y los votos!

~ i t s l e e l u ~