Red » Yoonmin

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Cuando la noche acabó y el sol comenzó a alzarse, iluminando tímidamente los alrededores de la cabaña, el pequeño patio que tenían detrás de esta en donde estaba enterrada su abuela y su madre, Jimin estiró sus brazos por sobre su cabeza. Había estado sentado durante horas a los pies de sus tumbas, observando con detenimiento como en la tierra que había sido removida, estaba creciendo vida. Unas pequeñas hojas verdes aparecieron en toda la extensión de tierra, y se alzaban gustosas cuando el sol llegaba a ellas.

Después de que Yoongi se durmiera, Jimin sintió deseos de tomar aire, de despejarse y aclarar su mente, la cual, a pesar de los meses, continuaba confusa. Y le llamó la atención ver un poco de vegetación en un lugar que había visto y devorado la muerte.

Se puso de pie después de un rato, sintiendo las piernas temblar. Lo asoció a haber estado en la misma posición por una buena cantidad de tiempo y a que Yoongi no se sació hasta haberse enterrado en él unas cinco veces. Algo poco común en humanos, pero habitual en lobos.

Cuando vio hacia dentro de la cabaña por la ventana de la habitación de Yoongi, lo vio a él observándolo de forma acusadora.

Jimin burlón le sacó la lengua y luego sonrió, prometiéndole con la mirada que ya estaría ahí pronto. Vio a Yoongi asentir y alejarse de la ventana.

El chico estiró su cuerpo, haciendo un ruido con su garganta, y comenzó a pensar en qué cosas vendrían ahora, cómo podía vivir por siempre al lado de Yoongi sin que alguien se enterara de su existencia.

En su camino a la cabaña recogió unas cuantas semillas y frutas, para aguantar un par de días más antes de ir al pueblo.

—¿Deseas un poco de café? —le preguntó Yoongi cuando Jimin entró, este asintió, deleitándose por el exquisito aroma del pan caliente y el café humeante.

—Siento como si un camión me hubiera pasado por encima —mencionó sentándose en la silla y suspirando.

—No sabía que habías nombrado mi pene como camión.

Jimin rió, posando su mirada en todos los movimientos que hacía su amado, observando cómo cortaba el pan en rebanadas y servía el café en dos tazas oscuras. Caminó hasta la mesa, dejando las cosas encima e invitándolo a comer. Caperucita no tuvo que hacerse de rogar, puesto que tenía un hambre voraz. 

—Mmh, ¡qué gran boca tienes caperucita! —dijo Yoongi de la nada, sacándole una sonrisa juguetona.

—Es para comer mejor. 

Yoongi le sonrió del otro lado de la mesa, posando su mejilla en su mano derecha. Un repentino calor se situó en el bajo vientre de Jimin al ver lo hermoso y sensual que se veía el lobo, al ver cómo aquella oscuridad excitante consumía sus ojos por completo. 

—¿Qué otra cosa tienes grande, ah? 

Jimin bajó su taza de café, apoyó sus codos sobre la mesa y bajando el tono de su voz dijo: 

—¿Por qué no lo averiguamos? 

Sin ninguna palabra más, Yoongi se levantó de su silla para poder meterse bajo la mesa y gatear hasta donde estaban las piernas de Jimin, tomó sus extremidades con fuerza, apretando sus muslos y sobresaltando a la inocente caperucita. Comenzó a reir, comprendió entonces que el desayuno había acabado. 

Sintió los dedos de Yoongi en el borde de su pantalón. Él, se alzó para dejar que el otro se los bajara por completo, mientras sentía cómo su miembro comenzaba a endurecerse. Las grandes lobos de su mano lo tomaron y acariciaron en un suave vaivén. Jimin ahogó un gemido. 

—Al parecer encontramos otra cosa grande —mencionó el lobo. 

De pronto sintió su pene siendo succionado por un lugar húmedo y caliente, su amado lobo había engullido con sus bonitos labios su miembro. Subía y bajaba, jugaba con su lengua y arrastraba sus dientes suavemente por toda su extensión. Jimin sentía que en cualquier momento iba a correrse, y deseaba tanto que cuando ocurriera, el lobo lo tomara por completo, que bebiera su esencia. 

Sus piernas se acalambraron y con un rugido que nació desde su estómago se corrió dentro de la húmeda de su lobo. Tenía la respiración acelerada y el corazón golpeteaba con fuerza su pecho. 

Yoongi salió de debajo de la mesa limpiándose el labio inferior con su pulgar, mientras Jimin lo observaba más hambriento que nunca. 

Se abalanzó sobre él, tomando su rostro con sus manos y besándolo con fuerza, con necesidad, como si en cualquier momento fuera a desaparecer. Lo besó y saboreó su propio sabor, deseando tener más mañanas como aquella.

🐺

Por debajo de la mesa, acaricio tu rodilla...

¡Hey! ¿Cómo están?, ¿siguen por aquí?
Estaba pensando en qué cuando escribía años atrás tenía un gran problema con los capítulos que tenían un 4, sobre todo los 40 y algo, me costaba mucho salir de ahí, a pesar de tener las ideas súper claras, y creo que esa maldición sigue en mí jfkdks

Espero que les guste, traeré el próximo pronto porque es uno al que le tengo muchas ganas :)

~ i t s l e e l u ~