Si hubiera sabido qué tan excitado y emocionado se iba a encontrar en aquel momento, lo hubiese hecho mucho antes. Y es que ya no le importaba en qué se convertiría después, no le importaba ser un monstruo, porque él, había decidido aceptar aquello con los brazos abiertos. No importaba que toda su humanidad quedara reducida a la nada, mucho menos se preocupaba de si iba a desaparecer para siempre.
Su corazón golpeteaba su pecho como nunca mientras sus pisadas chocaban contra la calle húmeda, sus ojos estaban observando con cierta malicia el bosque que tenía al frente a la par que evaluaba cuánto se demoraría en adentrarse a él sin que alguien lo notará.
Había escapado de su propia casa con el fin de eliminar los últimos obstáculos que le permitían ser completamente libre. Y el peso en el bolsillo de su caperuza le hacía convencerse de que aquello era lo mejor.
Echó una rápida mirada hacia atrás, hacia donde las luces difusas de su hogar se podían ver y donde una esbelta sombra negra le observaba. Sonrió libre mientras extendía sus brazos, y tras respirar hondo se despidió del falso Jimin antes de pisar el límite del pueblo que lo vió crecer con el bosque.
Sabía que debía esconderse lo más pronto posible, pero también tenía certeza que para cumplir con su objetivo debía escapar hacia donde su madre pudiera encontrarlo si es que ella decidía ir tras él, lo cual era lo más probable. Y ese lugar era justamente la cabaña de su abuela.
Conocía el camino a la perfección, hasta podría ir hacia allá con los ojos cerrados, saltando apropiadamente cada raíz sobresaliente y esquivando las ramas bajas que podían dañarlo.
¿Quién iba a pensar que aquel viaje que su madre le hizo hacer cuando pequeño iba a ser utilizado para llegar a su fin?
Jimin no tenía muy claro aún qué debía hacer, como ejecutar su venganza, pero estaba seguro de una sola cosa: esa noche correría sangre.
Se detuvo frente a la cabaña de la abuela, la cuál con la luz de la luna se veía más maltratada de lo habitual, más sucia y llena de matorrales y malahierba. Se preguntó entonces cuánto tiempo había pasado desde que estuvo adentro y realmente había pasado mucho. La última vez que cruzó esa puerta fue cuando apuñaló sin piedad a ese chiquillo del pueblo.
Sus ojos se cerraron y se dió cuenta cuánto había cambiado. Pequeños recuerdos de sus pesadillas y de cuánto llanto había derramado llegaron a su mente, cuan culpable se había sentido tras la muerte del chico, cuántas noches en vela sintiendo el dolor en su pecho y sintiendo la bilis en su boca. Cuántas veces despertó queriendo vomitar al recordar a su antiguo amigo con el torso despedazado.
Y ahora, no quedaba nada de aquello.
La culpa era parte del pasado.
🐺
He regresado. Salí de vacaciones hace unas horas y pretendo actualizar dos veces por semana a partir de hoy, de modo que está historia termine.
Sé que es un capítulo corto, pero no quería esperar a traerles algo siquiera, por lo menos como modo de disculpa ante mi laaarga tardanza.Espero que les guste el pequeño capítulo y les tengo una pequeña pregunta... ¿quién morirá?
Las leeré atentamente.
~ i t s l e e l u ~
ESTÁS LEYENDO
Red » Yoonmin
Fanfiction» Caperucita y el lobo tienen una placentera aventura juntos. ⚠️ +18 » Fanfic » Capítulos cortos » Yoonmin / Jimsu » Misterio, Lemon, Smut, Romance » Escenas explícitas (violencia) ~•~ Disclaimer Esta historia toma los nombres de dos miembros de BT...