Ascensión [2]

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Rápidamente decides que lo mejor es buscar a alguien, no hay tiempo que perder leyendo libros de historia, alguien puede hacerte un resumen por el camino. Pero ahora el problema es ¿quién?

Te diriges a la puerta tras la cortina, la abres y compruebas con alivio que conduce a un pasillo, el cual está decorado con fotos de todos los reyes de la ciudad y las fechas de su reinado.

Te asombra descubrir que el primer reinado tuvo lugar hace apenas veinte años, ¿la ciudad era acaso tan reciente? Y lo más extraño aún, ¿Cómo puede haber habido tantos reyes en tan poco tiempo? Te paras un momento a contar los retratos, son diez. ¿Diez reyes en veinte años? Cada vez está más claro que algo extraño pasa en aquella ciudad.

Por curiosidad te diriges al último retrato, no te sorprende que en él aparezcas tú representada. Pero, ¿por qué aparece como si llevaras un año de reinado? Nada de esto tiene sentido...

-¡Su Majestad por fin la encuentro!

Aquello te pilla de sorpresa y consigue sacarte un pequeño grito. Desconcertada miras alrededor hasta que das con el origen de la voz: en una de las puertas del pasillo se asoma un hombrecillo de piel clara y pelo moreno. Viste un esmoquin como el tuyo, pero de color negro, y en su placa se puede leer "Asistente de la reina". El hombre es más bajo que tú, lo cual ya es bastante teniendo en cuenta que no eres ni de las más altas de tu clase; además, tiene un bigote que te recuerda al señor del Monopoly, lo que te parece que le da aspecto de dibujo animado.

-Mi Reina, la he estado buscando por todo el palacio, ¿dónde se encontraba? ¿Sabe acaso la hora que es?

-¿Me estás hablando a mí?- Preguntas desconcertada, el hombre hace una mueca de incredulidad.

-¿Un año siendo reina y todavía no conoces cómo funciona esto?

-Mira, te voy a ser sincera, no sé si soy reina, pero desde luego que no llevo un año siéndolo. Yo acabo de despertarme, ¿sabe? Me dormí en mi casa y he despertado aquí, donde quiera que sea "aquí".

Ves como el hombre comienza a preocuparse sobremanera, aquello no puede ser bueno.

-Su Majestad, ¿se ha golpeado la cabeza mientras descansaba? ¿No recuerdas Ascensión? ¿No recuerdas gobernar esta ciudad?

Empiezas a comprender algunas cosas que no te gustan nada.

-¿Ascensión es la ciudad? ¿Todo esto por una sola ciudad? ¿Por qué diablos una ciudad iba a necesitar un rey, ya no digamos diez en veinte años?

-Mi Reina, ¿he de recordarle la dificultad que entraña gobernar esta ciudad?

Le lanzas al asistente una mirada llena de ira y confusión, aquello le sirve como respuesta.

-Como espero que recuerde, Ascensión es una ciudad independiente altamente conflictiva. Se podría decir que acaba de nacer, por lo que es muy importante hacer ver a los ciudadanos el rumbo que debe seguir para su correcto funcionamiento.

-Eso no explica lo de los reyes.

El hombre comienza a ponerse extremadamente nervioso, no para de mirarse el reloj una y otra vez.

-En Ascensión los reyes no son las figuras que solían ser en otros estados, en esta ciudad el monarca es elegido por el pueblo tras unas elecciones. Sin embargo no suelen durar mucho en el trono, pues, como sabrá, el pueblo está dividido en dos vertientes y si un rey no consigue reconciliar ambas partes en un plazo de dos años, se considera incapaz de mantener a su pueblo.

Toda aquella información te es suficiente por el momento, ahora hay otra cosa que te preocupa todavía más.

-Una pregunta, asistente.

-Llámame Chad, Mi Reina.

-¿Por qué tienes tanta prisa?

De pronto se escuchó un ruido que retumbó por todo el palacio. Las puertas principales se abrieron de golpe. Escuchas como multitud de pasos resuenan por todas partes.

-Ha llegado El Consejo, Su Majestad, más vale que esté preparada, por favor, sígueme.

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Creo a Chad, debería hacerle caso. Avanza a Ascensión [4]

¿De verdad voy a creerme esto? Mejor paso. Avanza a Ascensión [5]

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Maldición Onírica -Elige tu propia aventura-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora