Desde que has localizado una casa a lo lejos no consigues quitarte de la cabeza la idea de bajar a explorarla, al fin y al cabo seguir surcando el cielo por tiempo indefinido no es mucho mejor.
Te dispones a descender, pero de pronto el escenario cambia drásticamente, tiñéndose de negros nubarrones que aparecieron de un momento a otro. Aquello no podía ser una buena señal, así que, preocupada, intentar descender a mayor velocidad.
En poco tiempo se forma una tormenta completa, no hay nada que hacer, el globo se daña gravemente. La furia del aire termina por tirarte de la cesta. El suelo parece estar bastante cerca, pero eso no impide que te desmayes de la impresión...
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Despiertas de un sobresalto.
No sabes cuánto tiempo ha pasado desde que te sorprendió la tormenta, pero lo cierto es que ya no queda ni rastro de ella. En lugar de haber nubes de tormenta ahora el cielo se encuentra pintado del precioso naranja del atardecer. El Sol pronto se esconderá, y no parece que haya mucho sitio donde protegerse del frío y la oscuridad de la noche. Tienes que pensar algo, y más vale que sea pronto.
Te pones de pie, al principio te mareas un poco, pero se te pasa enseguida. A lo lejos ves una pequeña colina, piensas que quizás desde ella podrás encontrar refugio más rápido, no hay tiempo que perder.
Ya casi ha anochecido, pero con los últimos rayos de Sol consigues vislumbrar una construcción a unos cuantos metros de distancia, ¿será acaso la casa a la que te dirigías cuando el globo aerostático se rompió?
Poco a poco te vas acercando a tu nuevo descubrimiento, ahora no cabe duda de que se trata de una casa, y a juzgar por lo desierta que parece toda esta zona, no te extraña que fuera aquella que habías encontrado desde las alturas. Sea como fuere, estaba claro que la distancia te había jugado una mala pasada: aquella casa parecía totalmente desierta y se encontraba en unas condiciones bastante pésimas. Además, por si eso fuera poco, parecía más una pequeña casilla de campo que una vivienda completa, sus dimensiones eran totalmente ridículas.
No sabes qué hacer. La noche comienza a invadirlo todo con su bruma, amenazante. Pasar la noche al raso no te hace especial ilusión, pero tampoco es que tengas muchas ganas de meterte en aquella casucha. Vale que aquella casa podría haber aguantado cientos de años en pie, pero con tu suerte seguro que se te derrumbaba nada más pasar.
Tienes que tomar una decisión, y tienes que hacerlo ya. Llevas demasiado tiempo pensándolo, estás dándole demasiadas vueltas, tu cabeza necesita descansar, ya incluso está jugándote malas pasadas, haciéndote escuchar toda clase de ruidos extraños... porque esos ruidos estaban solo en tu cabeza, ¿verdad?
El tiempo se acaba, estás llenas de dudas, pero ya no hay nada que hacer...
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No pienso pasar la noche en esta casa, seguro que tengo menos peligro fuera. Avanza a Recuerdos [2]
Al diablo con las comodidades, necesito refugio urgente. Avanza a Recuerdos [3]
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Maldición Onírica -Elige tu propia aventura-
FantasíaSe dice que los sueños muestran nuestras preocupaciones más íntimas. Cuenta una leyenda que grandes preocupaciones conducen a un mundo de los sueños del que es muy difícil despertar, tanto, que hay quien incluso afirma que es posible quedarse atrapa...