Recuerdos [3]

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No estás del todo segura de que la casa vaya a aguantar mucho, pero mejor que nada sí que es, así que decides pasar, puesto que la puerta ni siquiera estaba cerrada.

Una brillante luz te deslumbra al pasar, ¿dónde estás? ¿Cómo puede ser aquella la misma casa que se veía desde afuera? Es físicamente imposible, la casa es... ¿más grande por dentro? ¿Más pequeña por fuera?

Sin embargo, lo más extraño de todo no es que las dimensiones del interior no se correspondan con la del exterior. No, lo más extraño es que aquella casa la conocías. Y bastante además, aquella no era otra que tu propia casa.

Imposible, ¿qué iba a hacer la casa de tu familia en un lugar como ese? ¿Te has teletransportado a otro lugar al pasar por la puerta. Nada de eso tiene sentido, pero bueno, mirando por el lado positivo, has llegado a tu casa, quizás hay aquí alguien conocido.

Comienzas a buscar por todas las habitaciones, pero conforme avanzas descubres más cosas que no están como deberían: todas las estancias están desordenadas y abandonadas. Parecen deshabitadas desde hace tiempo, los colores de las paredes estaban empezando a borrarse, y múltiples humedades habían comenzado a brotar por todas partes. El mobiliario, por su parte está todo revuelto, estanterías volcadas, sillas y mesas golpeadas por todas partes y rotas; alfombras y cortinas hechas jirones. Aquello no pinta bien.

Por si fuera poco, hay un elemento totalmente fuera de lo común que se repite en todas las habitaciones: ajos. Dientes y cabezas de ajo se encuentran aquí y allá por todas las estancias, esparcidos como si alguien se hubiera molestado en ir arrojándolos a diestro y siniestro.

Al poco tiempo te queda una cosa clara: aquel no es tu hogar. Se parece a tu casa, de hecho es idéntica a ella, pero estás segura de que no es el sitio donde te habías criado, donde habías vivido. No. Hay algo en esta... copia enfermiza de tu hogar., algo... sobrenatural. No sabes qué es exactamente, pero vas a descubrirlo.

Después de mucho investigar, descubres algo extremadamente importante, algo que no había en tu casa original: libros. Pero no cualquiera, si no unos especialmente extraños y totalmente diferentes a cualquier otro que hayas visto en tu vida. Te das cuenta de que se trata de una saga completa, titulada: "Cuidado con las criaturas de la noche".

Decides llegar al fondo del asunto, por lo que comienzas a leer todos los libros, uno tras otro. Al cabo de unas horas ya has ojeado la mayoría; pero cuanto más lees, menos sentido tiene.

Los libros se tratan de diarios, muy similares a diarios de campo, de esos empleados para recoger las características de los animales que vas encontrando, para estudiarlos; solo que en lugar de eso, se describen toda clase de criaturas sobrenaturales, criaturas de la noche: vampiros, hombres lobo, fantasmas de todo tipo... ¿Qué hacen unos libros como esos en tu casa?

Te dispones a leer el último, pero descubres que no hay nada que leer. La mayoría de las hojas están en blanco, las primeras están arrancadas y las únicas escritas lo están en un idioma indescifrable o con una letra ilegible y hecha a prisa, como si el escritor se hubiera quedado sin tiempo para escribir... o hubiera olvidado como hacerlo.

Al cerrar el libro una hoja doblada cae al suelo, y al desdoblarla descubres que se trata de un plano de la casa, pero tiene una peculiaridad. Según la nota, en la casa hay una habitación a la que todavía no has pasado, una habitación oculta tras una de las estanterías del salón.

Sin tiempo que perder te diriges a dicha habitación, reúnes tus fuerzas para echar la estantería abajo y descubres, asombrada, que la nota decía la verdad: una puerta de madera desvencijada nunca antes vista ha aparecido.

Con todo el valor que logras reunir abres la puerta y te adentras en la nueva sala. Parece que te has transportado otra vez. Aquella nueva habitación parece mucho más antigua que el resto de la casa. Esta forrada de madera, tanto paredes como suelos, decorada por grandes candelabros (no había bombillas ni nada eléctrico), y vistosas telarañas (se notaba que nadie había pasado en mucho tiempo). Además, está llena de de ristras de ajos de todos los tipos y tamaños.

No te lo terminas de creer, pero está claro que aquella estancia parece el lugar de trabajo de un cazador de vampiros en toda regla.

Te encuentras absorta en tus pensamientos, anonadada por aquel descubrimiento, cuando el crujir de la madera llama tu atención.

A juzgar por la dirección del sonido, miras a la puerta y compruebas, horrorizada, que no estás sola, una de las criaturas de la que avisaban los diarios ha pasado a la habitación por el mismo sitio que tú. No puedes evitar soltar un grito ahogado.

En un abrir y cerrar de ojos la criatura se abalanza sobre ti a una velocidad sobrehumana, si quieres salir de esta vas a tener que decidir qué hacer, y rápido.

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Preparas un contraataque. Avanza a Recuerdos [4]

Intentas defenderte y escapar. Avanza a Recuerdos [5]

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Maldición Onírica -Elige tu propia aventura-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora