Epicentro [3]

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-¿Qué tengo que hacer?- preguntas, abatida.

-Veo que has decidido por tomar parte en una última batalla- te responde.

-¿Acaso tengo opción?- preguntas.

El Señor de los sueños te sonríe, como orgulloso de ti por haber tomado este camino, quién sabe la de alternativas que ha tenido que ver, y cuan horribles eran. Pase lo que pase ahora en la prueba, te alegras de haber tomado esta decisión, te hace sentir bien.

-Ven, por aquí.

El anciano vuelve a ponerse en marcha, aunque sabes que te está llevando a tu prueba final, decides seguirle. Es hora de acabar con todo esto.

El hombre hace un movimiento con las manos, y unas escaleras aparecen de la nada. No sabes a donde llevan, pero intuyes que no te gusta por donde va.

-Ahí. Abajo te espera tu prueba final. Espero que estés preparada, Carrie Gardner. Confío en ti, sé que lo harás bien.

No estás muy convencida, pero estás preparada para afrontar cualquier peligro. Sin tiempo que perder, comienzas a bajar los escalones de la inmensa escalera de caracol, hasta que por fin llegas a una salita. No hay mucho allí, solo un par de luces que guían por un estrecho pasillo, hacia una puerta oscura.

Ya has decidido que ibas a llegar hasta el final. Y vas a hacerlo.

Con paso firme y segura, comienzas a avanzar. Recuerdas todo lo que has pasado, el dolor, el esfuerzo, el sufrimiento... Todo lo que has avanzado y todo lo que has tenido que dejar atrás. Ya no eras la misma persona, aquel señor tenía razón. Este mundo te había forjado, has madurado de tantas maneras que, visto en retrospectiva, te parece hasta imposible. Estás orgullosa de tu travesía... y ahora es el momento de acabarla. Con decisión, pasas por la oscura puerta.

-Enhorabuena- dice una voz conocida.

En un abrir y cerrar de ojos, toda la estancia se ilumina. Cuando tus ojos se acostumbran a la luz, vuelves a ver la figura del Señor de los Sueños. No entiendes nada.

-¿Cómo? No entiendo... ¿cuál es la prueba?- preguntas.

-La prueba, querida- responde el señor, sonriendo amablemente. -Era esta. Llegar hasta aquí, hasta el Epicentro, fue prueba más que suficiente. Pero aún había una cosa que era necesario probar...

No sabes qué contestar. ¿Te había engañado? ¿Para qué? No entiendes nada, pero lo cierto es que, pese a todo, no te sientes mal por el engaño. Al contrario, te sientes bien de haber acabado, te sientes bien de haber tenido valor para enfrentarte a lo desconocido, sin temor. Te sientes bien de sentirte tan segura contigo misma.

-Necesitábamos comprobar que tus intenciones eran buenas- te responde por fin. -Teníamos que saber si te merecías volver, o quedarte. Era necesario saber si te mereces decidir. Estoy orgulloso de comprobar que, efectivamente, así es. Enhorabuena.

El amable anciano vuelve a sacar la bola de energía, ahora ofreciéndotela. No te lo puedes creer, por fin... Por fin después de todo lo que habías pasado, eres libre. Eres plenamente libre para decidir qué hacer. Ahora, solo falta decidir, vuelves a tu hogar, como siempre has pensado hacer o, por el contrario, decides quedarte allí, controlando el lugar que te vio crecer y gracias al que has conseguido avanzar y ser quien eres ahora mismo.

Es una decisión difícil, pero sabes que, elijas lo que elijas, puedes estar orgullosa de tu elección...

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Quiero quedarme. Avanza a Epicentro [4]

Quiero volver. Avanza a Epicentro [5]

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Maldición Onírica -Elige tu propia aventura-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora