Decides que la mejor defensa es un buen ataque. La criatura corre hacia ti, pero tú estas preparada. Pones el brazo derecho por delante de tu cabeza para parar el golpe de la criatura y con la mano izquierda te haces con una de las armas del cazador de vampiros: una estaca de madera de las que había por la habitación.
Sientes como la bestia te golpea a toda velocidad, tienes los ojos cerrados del miedo, pero la sientes delante de ti. Sin pensarlo dos veces le atacas con el puñal de madera, clavándoselo en el torso.
La criatura lanza un grito desgarrador que resuena por toda la habitación, puede que incluso por toda la casa... y más allá...
Antes de que el vampiro pueda incorporarse, encuentras otra estaca, e instantáneamente la diriges al corazón de la bestia. El animal lee perfectamente tus movimientos y con un solo ademán de su brazo te lanza disparada a la otra punta de la habitación. La madera de la pared es lo único capaz de pararte.
El golpe de la criatura ha sido demasiado fuerte, te encuentras en el suelo, sientes un dolor muy agudo en las costillas, no te extraña nada que el ataque te haya roto unas cuantas. Pese a todo, la bestia parece herida, la madera es claramente su punto flaco.
Te incorporas como puedes y te armas con otra de las estacas. El animal corre hacia ti otra vez más, pero tú estás preparada, sitúas la punta del arma en dirección a tu enemigo, quien se ve incapaz de cambiar de trayectoria. Parece un golpe mortal, la criatura aúlla y se deshace en una explosión de polvo de color ceniza. Exhausta, caes al suelo de rodillas, el peligro ha pasado.
O eso creías. Otra vez más escuchas un ruido en la habitación: la madera crujiendo bajo el peso de algo... o alguien.
La criatura que acaba de desaparecer no era la única de su especie, por lo visto el ruido de la pelea ha alertado a los suyos, por la puerta van apareciendo cada vez más vampiros, tres, cinco, siete,... pronto no puedes ni contarlos. Ya no hay nada que hacer.
Una de las bestias se abre camino entre el grupo, el resto le deja pasar, asustados de su presencia. Aquel debía de ser el jefe de los vampiros.
La criatura avanza lentamente hasta pegarse a ti, puede ver en el suelo los restos del que era su compañero, después te mira a ti, con sus profundos y desconcertantes ojos rojos.
-Has asesinado a uno de los nuestros- dice tranquilamente.
¿Aquella criatura estaba hablando?
-La colmena está incompleta.
-¿Incompleta?- preguntas perpleja.
-La colmena está incompleta- repite la bestia sin hacerte caso. -Pero pronto volverá a estarlo.
El miedo se apodera de ti, paralizándote en el acto. La criatura te sujeta con las dos manos y te alza en el aire, como si tu peso no fuera nada para él. Estás aterrada... no puedes hacer nada. La bestia saca sus sobrenaturales colmillos y te muerde. Una extraña calma se apodera de tu cuerpo al instante...
-FIN-
Este es tu final. Carrie ha sufrido el ataque de las criaturas de la noche y no ha podido hacer nada para defenderse. Ahora está condenada a vivir para toda la eternidad, dominada por sus instintos más primarios, incapaz de darle importancia a lo que hacía antes de convertirse. Incapaz de escapar de sus propios sueños...
Si no te ha gustado este camino, o el final te ha sabido a poco, prueba a volver a empezar y tomar distintas decisiones, ¿quién sabe lo que puedes lograr? ¡Buena suerte!
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Maldición Onírica -Elige tu propia aventura-
FantasíaSe dice que los sueños muestran nuestras preocupaciones más íntimas. Cuenta una leyenda que grandes preocupaciones conducen a un mundo de los sueños del que es muy difícil despertar, tanto, que hay quien incluso afirma que es posible quedarse atrapa...