-No puedo con esto, Anna, es demasiada presión. Me gustaría ser útil en otra parte, con otro trabajo quizás.
La joven palideció de un momento a otro, estaba claro que no esperaba esa respuesta pero, ¿por qué sorprenderse tanto?
-¿Estás diciendo... que quieres que se te asigne otro trabajo?
-Sí, por favor, no me veo capaz de desempeñar esta labor... no quiero que la gente corra peligro por mi culpa.
-Pero Carrie, cuando llegas a la cúpula se te somete a un test para conocer tus capacidades y saber que trabajo es el indicado para ti. Seguro que se te da bien trabajar aquí, ¿por qué quieres cambiarlo?
-Ya te lo he dicho, Anna, no quiero estar sometida a tanta presión... no quiero que personas mueran por mi culpa... no quiero ser la causante de la extinción humana.
Tu acompañante comprende que no puede hacer nada para cambiarte de opinión. Así que te guía hacia la sala de El Comandante, quien se supone que es el líder de la cúpula, quien organiza todo lo que sucedió, sucede y sucederá dentro de ella.
-Ya hemos llegado, pero me temo que no servirá de mucho. El Comandante nunca sale de su sala, tendrás suerte si se digna a hablarte a través de la puerta.
-Gracias Anna, ¿puedes dejarme sola, por favor? Me siento más segura así.
Le diriges una sonrisa amable, tu amiga no quiere separarse de ti, pero sabe que no tiene más remedio. Mientras se aleja te das cuenta de que, por algún motivo, parece extremadamente nerviosa.
-Señor... Comandante. Soy Carrie Gardner, acabo de incorporarme a la vida laborar de la cúpula y me gustaría hablar con usted.
-No tengo nada que hablar contigo.
-Señor, me gustaría pedir un cambio de empleo, creo que seré más un estorbo que otra cosa.
-No tengo nada que hablar contigo- repite desde el interior de la sala.
Toda esta conversación te extraña demasiado. ¿Por qué el Comandante no dice nada más? ¿Por qué no quiere abrir la puerta? Y más importante aún, ¿por qué a nadie le extraña su comportamiento? ¿Realmente algún habitante de la cúpula lo ha visto en persona alguna vez?
Decides tomar cartas en el asunto. Pruebas a abrir la puerta pero, como suponías, está cerrada. Sin tiempo que perder miras en todas direcciones, Anna no parece volver, no hay nadie alrededor.
Rápidamente te quitas una horquilla del pelo y te diriges a la cerradura de la puerta. Nunca has usado una horquilla como ganzúa, y de hecho nunca has usado una ganzúa ni has abierto una puerta con algo que no sea una llave pero, ¿si en las películas funciona, por qué no iba a hacerlo ahora?
Abrir la cerradura solo te tarda unos minutos, te sorprende la facilidad con la que lo has conseguido, al fin y al cabo se supone que eran necesarios muchas años de práctica para lograr algo así, ¿no?
Sea como fuere, por fin consigues entrar a la sala. Pero lo que ves no es para nada lo que esperabas: la habitación no es más que un pequeño armario para guardar toda clase de objetos, además, El Comandante no se encuentra por ninguna parte. Lo único que hay es un extraño dispositivo enlazado a una grabadora. Supones que se trata de alguna clase de sensor que comprobará cuándo hay alguien cerca para accionar la grabadora y que dijera frases al azar, pero por lo visto se había quedado atascada.
Ahora estás aún más confusa que antes, pero por lo menos tienes una cosa clara: El Comandante no existe, y no crees que haya existido nunca, por lo que está claro que algo extraño está sucediendo en la cúpula: todos están cooperando para ocultar algo. Y vas a descubrir de qué se trata.
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Maldición Onírica -Elige tu propia aventura-
FantasySe dice que los sueños muestran nuestras preocupaciones más íntimas. Cuenta una leyenda que grandes preocupaciones conducen a un mundo de los sueños del que es muy difícil despertar, tanto, que hay quien incluso afirma que es posible quedarse atrapa...