Renacimiento [2]

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Ya has dejado atrás el momento en el que el flujo interminable de pensamientos fluía por tu cabeza, ahora hay una sola idea alojada en todas los huecos posibles de tu ser: "soy un monstruo".

Por fin eres plenamente consciente de lo que eres, por fin te has decidido a aceptar que, pese a todos tus pobres intentos, eres una mala persona. No te culpes, es inútil. La oscuridad está tan dentro de tu ser que es imposible luchar contra ella, hagas lo que hagas nunca podrías vencerla, así que, ¿para qué intentar combatirla?

Realmente tampoco es que sea nada tan traumático, en el mundo hay personas buenas y personas malas, ¿verdad? Si tus actos no son nunca buenos, ¿para qué hilar muy fino?

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Hace tiempo que has dejado de llorar. Ahora te limitas a analizar mentalmente toda tu vida, tus acciones y sus resultados. Ya has llegado a un punto en el que no eres capaz de ver ninguna buena acción, incluso tus momentos más nobles están contaminados: ¿ayudar a un amigo? Seguro que fue para conseguir algo a cambio; ¿sacrificarme por los demás? Perfecto, así me conocerán como una mártir...

¿Dar misericordia a un ser que la necesita? Maquilla las palabras cuanto quieras, seguirá siendo asesinato.

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No sabes cuándo, pero has dejado de ser consciente de tu cuerpo. Ni siquiera intentas moverlo, pero sabes que igualmente no respondería. No te importa. Ya nada te importa.

Tus peores sospechas se han confirmado, te has dado cuenta de que eres la clase de persona que siempre habías evitado. Todos tus intentos por mejorar han sido inútiles... ¿Y qué?

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El vacío se aproxima. Sientes el peso inevitable de la nada sobre ti.

Tus pensamientos cesaron hace rato, tu cuerpo dejó de responder y el espacio a tu alrededor parece estar desvaneciéndose también. Pero a ti sigue sin importarte nada, ya estás decidida.

Notas cómo tu ser parece estar en la mayor oscuridad posible: suficientemente ligera como para que parezcas estar suspendida en la nada, pero tan densa como para saber que tu cuerpo está sobre una superficie.

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Todo ha dejado de fluir. Incluso el tiempo parece haberse detenido por completo.
Da igual, se está mejor así. Solas tú y la nada. La nada y tú. Solas las... ¿dos? No. Ya no hay diferencia entre lo que aprecias fuera y dentro de ti. Es como si, de alguna manera, el ambiente te haya consumido, arrastrando tu cuerpo hacia sí. Haciendo que formes parte de él... para siempre...

-FIN-

Este es tu final. Carrie no ha podido ver la bondad que hay en su interior y no ha encontrado motivos para querer continuar su travesía. Por desgracia, es muy difícil mantenerse siempre fuerte...

Si no te ha gustado este camino, o el final te ha sabido a poco, prueba a volver a empezar y tomar distintas decisiones, ¿quién sabe lo que puedes lograr? ¡Buena suerte!

Maldición Onírica -Elige tu propia aventura-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora