Rápidamente te diriges a la puerta de la sala del trono, y sigues los gritos de El Consejo por todo el palacio, hasta llegar finalmente a la sala de reuniones.
-¡Silencio!- gritas nada más entrar, la gente se calla y se gira hacia ti, que todavía estás en la puerta de la sala.
-¡¿Qué horas son estas Su Majestad?!- Preguntó un ciudadano exasperado. -¡La reunión hace tiempo que ha comenzado!
Ya esperabas un recibimiento similar, pero eso no impidió que aquello te molestara.
-Estaba investigando para poner fin a los problemas que nos atañen, ¿no es acaso lo que queríais?
Aquello contentó un poco a El Consejo. Ver que de verdad te preocupaba tu pueblo y buscabas lo mejor para todos los habitantes hizo que se calmaran los ánimos. Sin embargo, aquello no contentó a todos los oyentes.
-El problema, Su Majestad, es que el problema que nos atañe es realmente importante, se trata del Asunto F, Señora, le toca decidir sobre el futuro del anterior monarca, Francis. ¿Será capaz de hacerlo?
Un hombrecillo se abre paso entre la multitud hasta llegar a tu lado, a juzgar por lo que pone en su placa, descubres que se trata de tu Asistente.
-Señora, si me permite, puedo ayudarla en su ardua tarea. Si usted quiere le puedo compartir toda la información que tenemos sobre el Asunto F.
-No te preocupes Asistente, no me hace falta, ya lo he dicho, me he estado documentando en la sala del trono.
El Consejo parecía más calmado todavía, así que te diriges a tu puesto en la sala de reuniones, un atril con micrófono, y empiezas a hablar a tu pueblo.
-Pueblo de Ascensión, soy consciente de que el anterior rey, Francis, juró vengarse de mí, y sé que es capaz de escaparse de la prisión en la que se le internó. Pero no os preocupéis, aún a riesgo de que se escape de nuevo, puede volver a ser encerrado, ya os aseguro que mi vida no correrá peligro.
La sala entera se queda en silencio ante tal demostración de fuerza por tu parte.
-Y si algo me llegara a suceder, no os preocupéis por mí, lo importante sois vosotros. Ascensión fue creada para funcionar sin monarca, pero necesita a su pueblo. Si me lo permitís, os guiaré hacia la autonomía. No os preocupéis por mí o por Francis, nosotros somos prescindibles, pero vosotros, el pueblo de Ascensión... Mi pueblo, debéis avanzar, superaros y mejorar día a día, yo me encargaré de que eso ocurra... Aunque me cueste la vida.
La sala entera rompe en vítores y aplausos. Aquello es increíble, ver la alegría en los rostros de la gente te hace realmente feliz. Puede que al despertar no supieras qué había sido de ti ni donde te encontrabas, y vale que todavía no sabes cómo vas a volver a tu casa; pero nada de eso importa, ahora sabes quién eres y cuál es tu misión. Eres Carrie Gardner, y aquellas personas realmente confían en ti. Vas a lograr la autonomía de Ascensión, a todo coste.
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Han pasado varios años desde que lograste unir a las dos vertientes de la ciudad en una sola. Tus ideales te hicieron fuerte, y ahora tanto ellos como tú formáis parte de la historia de la ciudad. Ascensión te debe muchas cosas, entre ellas las tan ansiada autonomía.
Con tu ayuda, la ciudad entera pudo mejorar, crecer. Ahora has dejado de ser su reina, pero te vas tranquila sabiendo que, mientras tengan tus ideales por bandera, nada malo podrá sucederle.
Ahora que tu labor como monarca ha terminado, por fin puedes buscar el camino de vuelta a casa.
Es el momento de despedirse de tu gente. El pueblo al completo ha decidido ayudarte en tu viaje, y te ha regalado un magnífico globo aerostático digno de una reina. Con lágrimas en los ojos te subes al vehículo, y llena de emociones emprendes tu viaje.
Tras un rato volando, descubres que aquel lugar no se parece en nada a ninguno que hayas visitado, quizás lo mejor sea bajar a una zona poblada y preguntar a alguien. O quizás... ¿seguir surcando el cielo en busca de un lugar conocido?
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Ahí hay una casa, puede estar habitada. Avanza a Recuerdos [1]
Prefiero continuar por el aire. Avanza a Pensamientos [1]
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Maldición Onírica -Elige tu propia aventura-
FantasySe dice que los sueños muestran nuestras preocupaciones más íntimas. Cuenta una leyenda que grandes preocupaciones conducen a un mundo de los sueños del que es muy difícil despertar, tanto, que hay quien incluso afirma que es posible quedarse atrapa...