Capítulo 70

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Se encontró con sus amigos dentro del lugar acordado, el lugar de encuentro de siempre cada vez que iban a el pueblo. Estaba tan nervioso que al entrar, se llevó por delante a dos niños que lo miraron con odio. Él masculló un "lo siento" rápidamente y levantó la mirada para buscar a sus amigos. Al fondo del salón vió la cabellera de Rachel, y a su lado a Finn, que le hacía cariñitos en la cara. Tuvo que esquivar la mirada y los intentos de coqueteos de una estudiante de la universidad, y apresuró el paso. Se quedó parado unos segundos, y como aquellos dos estaban tan enfrascados en su tarea, carraspeó tres veces, antes de que se dieran cuenta que estaba frente a ellos. Rachel lo miró de arriba abajo y sonrió. Finn resopló por la interrupción, y se enderezó en la silla.

- Llegas tarde... – sólo dijo, mientras Blaine se sentaba – me parece que oí a mi novia decirte que nos veríamos a las once y son las once y diez. – dijo Finn en claro tono de reproche.

- Lo siento...  tuve que pasar por otro lugar que no tenía previsto, y se me hizo algo tarde.

- A dónde fuiste?

- A la... - lo miró – de verdad no te interesa.

- Vamos, no andes de misterioso conmigo Blaine!– dijo burlón – Crees que mi hermano te acepte?

- Espero que tu hermano me acepte! – resopló.

- Ya viste como te ve aquella chica?

- Sí - dijo tratando de esquivar la mirada de la morena - casi me atrapa en la entrada, pero bueno, y ustedes hace cuanto están aquí?

- Hace media hora, ya pensaste que le vas a decir?

- Rachel - dijo cansado – si me dieran un dólar por cada vez que me preguntan lo mismo sería millonario. No he pensado nada, dejaré que las cosas fluyan no quiero pensar en fórmulas, ni en poemas, sólo diré lo que él me inspire.

- Woo– dijo la chica sonriendo - creo que te irá bien, él te ha enseñado bien, no crees?

- Ni que lo digas – dijo sonriendo.

- Bien - dijo Finn, sonriendo – Creo que eso lo sabremos ya, no?

- Por qué lo dices?

- Porque él está en la puerta - Blaine escupió la limonada dejando la cara de su amigo empapada. Rachel rió graciosamente, mientras le limpiaba la cara a Finn. Este farfulló unas palabras irrepetibles.

- Bien... - dijo nervioso, sacando un dólar y dejándolo en la mesa - deséenme suerte.

- Rómpete... - Trató de decir Rachel.

- No Rach, si lo dices tú también, tengo miedo de salir, darme un resbalón y romperme la pierna de verdad! Por favor, sólo deséenme suerte.

-  Suerte - dijo Finn, cruzando los dedos.

- Gracias bro.

- Si no resulta - dijo Finn y lo miró – siempre te queda la maldición – sonrió.

- Lo tendré en cuenta – Blaine caminó rápidamente y abrió la puerta. Un aire helado lo atacó apenas salió a la calle. Kurt estaba de espaldas. Él suavemente le tocó el hombro. Kurt se dio vuelta y vió esos enormes ojos miel que lo miraban, junto a una sonrisa encantadora. – llego tarde? – A Kurt pareció que, de pronto, el frío había desaparecido y una extraña ola de calor lo inundaba.

- Hola Blaine– dijo en un susurro – no... no llegas tarde, de hecho es temprano.

- Bien - tragó saliva – yo... te traje algo.

- Qué? – dijo Kurt sonriente. Él le mostro un hermoso ramo de tulipanes, atado delicadamente con una cinta de raso blanca, con ribetes dorados.

- Recordé que son tus favoritas.

- Nunca te lo dije... – Blaine lo miró sin entender, mientras Kurt se llevaba el ramo a la nariz para oler el perfume de las flores – que los tulipanes eran mis favoritos.

- Te conozco demasiado para saber sin que me digas que es lo que te gusta Kurt - dijo sereno. Él se ruborizó.

- Gracias por las flores.

- Sólo es un detalle - dijo Blaine encogiendo los hombros, y sonriendo ampliamente.

- Y todo es un detalle muy hermoso de tu parte – lo miró a los ojos – de qué querías hablarme?

- Eh... - dijo nervioso – por qué no vamos a caminar un poco o prefieres ir a un lugar mas cálido?

- Un lugar, cómo cual?

- Bueno ninguno de estos lugares porque tu hermano anda por aquí.

- Con Rachel, no?

- Sí.

- Caminamos? – él asintió y comenzó a caminar por el pueblo. Kurt se acercó a su cuerpo y lo tomó del brazo.

A medida que avanzaban por el lugar conversaron de miles de cosas. Blaine le comentó cómo era la vida en la Academia, y como debían ingeniárselas para estudiar un año en un semestre, porque tenían decidido marcharse una vez pasado el año nuevo. Kurt lo divirtió con todos sus encuentros con Martín y le relató detalladamente el incidente cuando se le escaparon sus amigos, haciendo que Blaine se muriera de la risa, y con ello olvidara los nervios que tenía al encontrarlo. A medida que Kurt hablaba, él lo miraba detenidamente y se dio cuenta que fácil era todo a su lado. Suspiró decidido... Kurt se separó y se sentó en un tronco caído. El se quedó parado un instante, observándolo. Debía ser rápido. Habían tardado al menos veinte minutos caminando y el clima no estaba tan favorable. Se acercó con las manos en los bolsillos, pero no se sentó, se quedó parado en frente de él. Kurt levantó la mirada para verlo. Blaine pensó que Kurt estaba más que encantador. Su cara estaba blanca por el frío, su nariz, estaba colorada y sus ojos bien abiertos, lo miraban expectante.

- Hace frío, no? – dijo Blaine y Kurt resopló.

- Dijiste que querías hablar conmigo de algo importante... - dijo secamente - no creo que me hayas citado para comentarme el clima.

- No - dijo moviéndose nerviosamente.

- Bien, tienes razón, hace frío, así que te agradecería que...

- Kurt – se acercó sentándose a su lado y tomándole las manos. Él sintió su corazón latir con furia – Reconozco que he sido un tremendo imbécil, sé que no me he dado cuenta de muchas cosas, pero no puedes culparme de todo lo que nos sucede...

- Blaine – dijo Kurt, soltándose – creo que fui injusto ese día en mi casa – lo miró – Yo... te acusé de algo que tu no tenías responsabilidad alguna, yo fui el culpable.

- Los dos – Kurt se quedó callado – fuimos los dos... porque si tu lo comenzaste, yo no tuve el valor para detenerte, en cierta manera yo quise también que pasara – Kurt abrió los ojos.

- Blaine, no entiendes... Es que...

- Si lo entiendo – Dijo tranquilo – entiendo perfectamente que me pasa – se acercó y lo tomó de los hombros – sólo quiero que lo entiendas tú – lo miró – no puedo evitarlo, cada vez que estoy contigo es más fuerte, y no puedo controlarlo, es más fuerte que yo.

- Qué es más fuerte que tú? – Preguntó con un tono agudo de voz.

- Mi amor por ti... – Kurt abrió los ojos y de la impresión dejó caer el ramo de flores.

AHHHHHH ESTO ES EMOCIONANTE!

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Nos leemos pronto.

Love, Nath.

Aprendiendo a ser Romántico (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora