Aprendiendo a ser Romántico (Pausada)

Capítulo 85

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Subir al avión no fue fácil, menos cuando tienes de compañero a un amigo que nunca en su vida había volado en uno. Si Blaine debía ser honesto, volar no era algo nuevo para él ni para Finn, se convenció mientras embarcaban. Pero para su amigo, que ahora tenía su rostro teñido de un color verde pálido, el problema era que él no comandaba la aeronave.
Rachel, que gracias a Dios tenía vasta experiencia en utilizar ese medio de transporte, le tomaba la mano para tranquilizarlo, pero media hora después, cansada de las preguntas de su novio, consideró seriamente mandarle un soltarte un puñetazo para que cerrara la boca, y otro para dormirlo y que la dejara en paz. Blaine por su parte, no tenía miedo; en realidad se encontraba expectante y alerta. Él como Finn, no había subido nunca a un avión, pero no se lo tomaba tan mal como su amigo.
Después de subir y esperar que la aeromoza les diera las indicaciones, Finn comenzó a tocar los botones que había sobre su cabeza, prendiendo y apagando la luz...

- Hudson – chilló bajito Rachel – ¡quieres dejar de molestar con esa luz¡ Deja de tocar eso, vas a romperlo! – y le dio un golpe seco en la mano.

- Rachel – dijo él, sobándose la mano – ¡no hagas eso! Tu no entiendes.

-  ¿Qué no entiendo?

- Necesito saber - dijo en un tono desesperado.
- ¿Qué quieres saber? – dijo ella cansada.

- Necesito saber si desde aquí podré manejar esta cosa, por si las dudas sucede algo... - la miró con temor y Rachel sonrió comprensiva, una vez mas.

-No pasará nada... - dijo estirando su mano y acariciando su brazo para tranquilizarlo - el avión es uno de los medios de transporte mas seguros en el mundo.

- ¿En verdad?
- Si, al menos no se caen tan seguido - dijo sonriendo. Frase que no ayudó a tranquilizar a Finn, por lo que ella decidió seguir – mira, muere más gente en accidentes de autos, eso está estadísticamente comprobado - él sonrió, si la estadística, sea lo que significara esa palabra, y Rachel lo decían, él debía confiar.

- Lo malo es que cuando cae un avión, casi no hay sobrevivientes -dijo Blaine, acomodándose en el asiento. Luego, se escuchó un "auch". Rachel le había dado un codazo en las costillas.

- Finn – dijo Rachel, solemne – te digo que no pasará nada, estamos seguros en el avion.

- ¿De verdad?
- De verdad – dijo ella sonriente.

- ¿Puedes jurarlo? – preguntó.

- Eh....

- Rachel – dijo el castaño, aterrado – no debimos hacerle caso a mi padre. Él y su maldita ambición, te aseguro que no volveré a seguir sus consejos, si por mi padre fuera, ya estaría casado y con diez hijos... Por Dios!

- Finn! No hables mal de tu padre – lo retó Rachel – y no tiene nada de malo casarse joven y tener hijos - lo miró enojada - ¡no veo que tu padre sea infeliz! – Cuando Finn iba a replicar, Blaine movió los brazos frenéticamente.

- ¡Pueden callarse los dos! – dijo arrepintiéndose mentalmente por estar sentado entre los tortolitos – Como me gustaría aparecer directamente en España¡ Ya no los aguanto!

- Blaine... debes entender que Finn...

- Mira Rachel – dijo cortando lo que él suponía una larga perorata acerca de las necesidades y temores de Finn Hudson – Para mi también es la primera vez – dijo serio – ¡Pero no por eso, me pongo a gritar como un histérico!

- Ok – dijo Finn - tu no te pones histérico por el avión... – Blaine asintió – Pero te pones igual que yo, porque no está mi hermanito a tu lado – y sonrió burlonamente – ¿estás histérico porque extrañas al enano?