Después de dar vueltas por todas las tiendas, Blaine tenía un hambre de morirse. Pero Sebastian no parecía darse cuenta de eso, y lo hacía gastar en cuanta ropa bonita veía. A la una y treinta, ya desfalleciendo por la falta de alimentos en su cuerpo, Blaine le pidió por favor que fueran a comer. Él aceptó a regañadientes y le dio todas las bolsas de compras a su novio para que las llevara. Después de varias opciones decidieron almorzar en un bonito restaurante al cual Blaine frecuentaba ir. Cuando entraron ya casi nadie estaba en ese lugar almorzando, todos los miraron extrañados. Sebastian, tosió fuerte para que todos miraran con quien venía, y una vez logrado su objetivo se sentó en una mesa cerca de la ventana para que todo el mundo que pasase por allí lo viera en compañía del chico más codiciado. Blaine después de poner todas las bolsas en el suelo, y algo fastidiado por la actitud de su novio, se sentó a su lado. La camarera se acercó sonriente y los saludó. Sebastian más que hablar gritaba, tratando de que todo el mundo se fijara en ellos.
- Buenos días o debo decir buenas tardes – dijo la mujer sonriente.
- Buenas tardes señora – dijo a los gritos, Blaine lo miraba como si él estuviera desquiciado – verá usted, "mi novio Blaine Anderson" y yo, hemos venido a almorzar – y sonrió.
- Bueno, no hay necesidad de que grites – dijo la señora sin perder la sonrisa – soy vieja, pero no sorda– Los ocupantes de algunas mesas vecinas rieron, Blaine se puso rojo – Hola Blaine, no vienes con tus amigos?
- No – dijo secamente.
- Es una lástima el chico Kurt es tan gracioso – Blaine asintió, y recordó las veces que habían ido a ese lugar en el año, y las risas que le causaban las ocurrencias de Kurt – van a tomar algo?
- No, mire no habrá algo para comer?
- Perdone usted a mi novio – dijo otra vez alzando la voz – pero es que me ha comprado un montón de cosas y tiene algo de apetito.
- Bueno puedo traerte algunos bollos de pollo, si mal no recuerdo son tus preferidos.
- Son los de Kurt – dijo cabizbajo.
- Pero bien que te gustaba robarlos de su plato – Él rió y asintió.
- Bien entonces puede traerme varios de esos, unas papas fritas y una coca-cola – dijo mas contento.
- Blaine - dijo con cara de asco Sebastian – vas a comer ese plato tan vulgar? – la mujer lo miró enojada – perdone usted, yo quiero langosta – dijo tranquilamente peinando su cabello.
- Qué? Langosta? - dijeron los dos al mismo tiempo.
- Sí - dijo Sebastian - Qué hay de malo? – Rió – un hombre como yo, que está acostumbrado a la buena comida, requiere de platos exquisitos vaya y tráigame una langosta. Y olvídese de esa bebida que el pidió nada de eso, yo quiero beber el mejor champagne.
- Pero esto no es un restaurante de lujo jovencito, si quieres comer langosta, las únicas que encontrarás andan por el prado – todos rieron, Sebastian estaba rojo, y Blaine quería desaparecer.
- Tráigale lo mismo que a mí por favor - dijo serio. La señora se fue y él miro a su novio que había sacado un espejo para mirarse si su peinando seguía perfecto.
- La verdad es que no veo la hora de que termines la universidad amor – él lo miró – así podremos disfrutar de los lujos e irnos a Miami.
- No tengo pensado disfrutar de los lujos de ningún lugar Seb – él lo miró – estoy pensando hacer un viaje.
- Estupendo – dijo sonriente – mi universidad termina en el verano, quizás podamos ir a Hawaii.
- Qué? No estoy pensando en vacaciones – dijo ofuscado – Tengo una misión que cumplir. No me voy de diversión tengo que...
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Aprendiendo a ser Romántico (Pausada)
Fanfic¿Qué harías si el amor de tu vida te pidiera ayuda para conquistar a otra persona? ¿Lo ayudarías aunque eso implicara perderlo? Pues para Kurt Hummel era la decisión más dolorosa que había tomado, pero valía la pena el sacrificio con tal de ver feli...