Capítulo 45

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Dos días después Finn lo despertó con un ánimo envidiable. Blaine se enredó mas en las sábanas, dispuesto a seguir durmiendo. No tenía ganas de levantarse. Había pasado una mala noche, pensando en su loca debilidad. Después de varios intentos, Finn solo atinó a tomar las sábanas y jalarlo con tanta fuerza que Blaine rodó por el colchón y cayó al suelo, dándose tremendo golpe en la nariz. Con una mirada asesina contra su amigo, se fue al baño y pegando un portazo, se encerró para salir ya bañado al cabo de veinte minutos. Se vistió de mala manera, y bajó a desayunar. Allí lo esperaba su amigo, con una ansiedad que era anormal, más cuando Blaine pudo comprobar que no había probado el desayuno. Raro en Finn, Carole le sirvió el desayuno y miró a su amigo. Finn lo miraba divertido.

- Tengo monos en la cara o qué? – dijo de mal humor. Finn rió.

- No monos, pero tienes una nariz de payaso que espanta – Blaine se miró en el reflejo de la cuchara y comprobó con pesar lo que su amigo le decía. Tenía la nariz colorada e hinchada.

- Maldición Finn Hudson!

- Blaine no digas eso – Carole se acercó, con una crema en manos y le tomo del mentón – caray está horrible!

- Cuando te agarre Finn – dijo en una voz nasal - Te aseguro que tener una nariz hinchada sería sexy en tu cara

- Carole le puso la crema- ya está cariño, no tendrás problemas al hacer la entrevista en unas 2 horas. Te ira...

- La entrevista?- Preguntó sin entender.

- Vamos Blaine – dijo frotándose nervioso las manos Finn – acaso no te acuerdas que día es hoy? – él lo miro y negó – es día de entrevistas.

- Si? – dijo desganado.

- Las entrevistas, las rigurosas entrevistas para ver que trabajar.

- Mierda! – dijo en voz baja. Se lamentó tener que andar como alma en pena. No había podido ensayar un discurso de aceptación, de seguro ponían en su documento de admisión tres cruces rojas y lo mandaban muy lejos - lo había olvidado.

- Bueno, pero gracias a Dios yo no. Tenemos tiempo de sobra lo importante es dar una buena impresión.

- Entonces tú estás muerto – dijo y sonrió burlón – ya no tienes a Rachel para que te dé ánimos.

- No te burles y será mejor que no vuelvas a molestarme, aún puedo amenazarte con algo que no tienes idea.

- Ah sí? Y con qué puedes amenazarme? – dijo valientemente. Finn miró a su madre, que estaba distraída lavando unas ollas y se acercó mirando a Blaine con rabia.

- Puedo... – dijo en un susurro, que solo Blaine escuchaba – puedo decirles a mis padres - lo miró serio – que hacías con mi hermanito en el cuarto de Enrique – Blaine se atragantó con la tostada – Te puedo asegurar que no creo que ellos estén muy contentos.

- Qué sabes? – preguntó nervioso.

-  Todo – se levantó sonriendo – absolutamente todo. Así que más te vale que no vuelvas a joderme con Rach porque eres historia – se fue a su cuarto. Blaine se sintió una porquería. Finn lo supo siempre y nunca le pidió explicaciones. Se sintió asqueado y dejó de comer.

- Blaine vas a cambiarte? - preguntó Carole.

- No, ya estoy listo. Esperaré a Finn en el jardín.

El sitio donde se encontraba el lugar de las entrevistas era para Blaine tan desconocido como su pasado familiar. Finn que conocía el sitio exacto, había tomado a Blaine y sin decirle nada fueron rumbo al lugar. Dentro, la gente revisaba los estantes como si nada, mientras Finn y Blaine pasaban por los pasillos hasta el final de salón. Allí se encontraba un ascensor, con un cartel que decía "Solo personal autorizado" Tocó el botón para abrir la puerta y este se encendió al solo contacto del dedo de Finn. Las puertas se abrieron y los dos entraron. Todavía no se hablaban. Al menos Blaine no quería hacerlo, para no despertar la furia en su amigo. No podía llegar a su entrevista con la cara destrozada. Porque seguro que si forzaba una conversación acerca de su relación con Kurt, Finn lo dejaría de esa manera. Finn lo miraba de reojo. Estaba esperando la explicación de Blaine, pero sabiendo del temor de su amigo, solo optaba por disfrutar de esa situación. Una vez que el elevador comenzó a subir, Cuando las puertas se abrieron, se encontraron con un espacioso lugar, de paredes blancas, con sendas, macetas de plantas exóticas, que seguramente Finn conocería a la perfección. Recorrieron el pasillo, donde encontraron jóvenes y adultos, que se dirigían a diferentes lugares, con prisa y se dirigieron a la mesa de entrada a un costado. En ella había una joven que llenaba unos formularios.

- Buenos días – dijo Finn, el joven alzó la vista para mirarlo detenidamente – venimos por las entrevistas...

- Nombre? – dijo él seriamente.

- Finn Hudson – dijo seguro.

- Entrégueme la credencial señor Hudson – Finn se la dio y él la pasó, por un aparato. Acto seguido le entregó la credencial y sonrió - muy bien, viene usted solo a la entrevista?

- Eh, no. Mi amigo, también está aquí por la misma razón – recién en ese momento el chico miro a Blaine. Se puso tremendamente rojo y se levantó, con tanta mala suerte que casi tira todo los papeles.

- Lo, lo, lo si... siento... eh... nombre?

- Blaine Anderson – dijo él mirando hacia el final del pasillo. Indiferente a lo que producía su presencia en el chico.

- Que estúpido! Claro que sé tu nombre  - dijo sonriéndole más coqueto. Finn rió. – también quieres ser entrevistado? Wow, Blaine Anderson! – repitió nervioso.

- Por eso estoy aquí! – dijo molesto. La sola emoción del chico, había logrado que los que pasaban por ahí lo miraran como bicho raro – Supongo que quieres que te muestre la credencial no? – dijo tratando de acelerar su estadía en ese lugar.

- Claro – Tendió la mano para tomar la credencial, pero el chico a propósito rozó su mano. Él dio un respingo, y lo miró – lo siento – pasó la credencial por la computadora y escribiendo los datos, se la devolvió.

- Gracias, a dónde tenemos que ir por nuestras entrevistas?

- Eh... mm... ah... eh...- el chico no hilaba una frase. Estaba encantado de tener en frente al famoso Blaine Anderson – ah... eh... Si, primero deben llenar estos formularios, y luego llevarlos al primer piso, a la oficina del señor David.

- David Ferrer? – dijeron los dos sorprendidos.

- Si, lo conocen?

- Por supuesto – dijeron sonriendo.

- Bien, él será el encargado de tomarles las entrevistas, pero si tienen alguna duda - dijo moviendo su cabello en forma sensual- no tienen más que pedírmelo – miró a Blaine y le guiñó un ojo – mi nombre es Jordan Banner.

- Oh – dijo Blaine tomando los formularios – bueno, no creo que yo lo necesite, gracias por todo - se iba.

- Blaine - gritó Jordan.

- Si?

- Me firmas un autógrafo?

Llenaron los papeles rápidamente, y subieron a la oficina de David. Al llegar había una fila de al menos treinta jóvenes que aspiraban a tener buenas carreras. Blaine bufó. Finn lo miró sonriente.

- Si tienes algún problema, podrías pedirle ayuda a Jordan – rió – se veía más que dispuesto a ayudarte.

- Cállate Finn – Dijo ofuscado – sabes que no me interesa.

- Deberías probar, ser tan conocido -dijo suspirando – si yo tuviera esa oportunidad...

- Y si la utilizarás, Rach te castraría. Así que déjate de payasadas y ponte en la fila.

- Imagina que diría Kurt - agregó mirándolo de reojo.

- No dirá nada, porque no se enterará – lo miró ceñudo – aparte él está con Jeff, puedo hacer de mi vida lo que quiera y no me gusta ese chico. Fin de la discusión – se cruzó de brazos. Finn lo miraba divertido – Qué?

- Acabas de decirme que no te interesa ese chico, por qué?

- Por qué crees?

- Por Kurt.

- Bien si lo sabes por qué preguntas? – lo miró mas enojado, Finn hizo una mueca graciosa – deja de burlarte de mi – Todos se dieron vuelta – genial – dijo en un susurro – ahora lo que falta es que todos digan es Blaine Anderson.

- Deja de darte tanta importancia y ponte en la fila. Crees que todos estos entrarán? – Preguntó para cambiar de tema.

- No. Recuerda que somos aspirantes. Hasta que no pasemos las pruebas...

- Pero el hecho de que David sea el que da las entrevistas...

- No creas que tendrás favoritismos. Si a mí me los ofrecieran los rechazaría. Quiero ser alguien por lo que puedo hacer, no por lo que soy.

- Bien, señor honestidad entonces estoy contigo...

Aprendiendo a ser Romántico (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora