Capítulo 40

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La Casa de los Hudson-Hummel estaba vacía esa mañana cuando Kurt despertó. Rachel estaba en su casa, con sus padres, y Finn dormía hasta tarde. Kurt se levantó sin muchas ganas hacia dos días que se habían despedido y ya lo extrañaba horrores. No tenía idea como podía amarlo así. Pero a pesar de que todas las noches se ponía empeño en hacerse el indiferente y tratarlo como si no lo amara, y más que todo fingir que no lo amaba ante su familia, no podía. No quería hacerlo, tenía planes estar con él, ser feliz, vivir junto al chico que había elegido. Al que se había entregado, quería convencerse de que Finn le había dado un dato preciso, pero Blaine cada vez que movía un músculo lo hacía dudar. Cuando se despedían, pensó que Blaine se le declararía con todo, pero él, no lo pensó dos veces y se fue con el desgraciado de Sebastian. Se limpió las lágrimas que se empeñaban en salir y hacerlo ver débil, y vulnerable. Caminó hacia el tocador. Se miró al espejo, para comprobar sus sospechas. Se despertó sintiendo que sus ojos salían de las órbitas y un ardor, producto de tanto llorar le impedían ver con claridad. Eso unido a las nuevas lágrimas. Fijó la vista en el espejo y se vio. La cara más pálida de lo normal, los ojos rojos e hinchados. "Diablos" murmuró para sí mismo... Rachel, donde estás cuando te necesito" "Como podré disimular? Carole no se va a creer lo que le diga. La puerta se abrió de repente. Carole entraba con un canasto en los brazos, lleno de ropa. Kurt bajó la vista y trató de no mirarla, pero solo hizo que su madre se fijara mas en él, descubriendo lo que el chico trataba de ocultar. Su dolor. Carole dejó el canasto en el suelo y se acercó a él. Mirándolo a través del espejo, le despejó el rostro, acarició si cabello y tomándole el mentón, le puso maquillaje y unas gotas, y los ojos de Kurt volvieron a la normalidad. Carole sonrió tímidamente y le dio un beso en la frente. Kurt sonrió. Carole solo murmuro "ya está listo el desayuno" y sin decir más, lo dejó solo.

No bajó rápidamente. Se tomó su tiempo. Pensaba que su padre estaría en la cocina y que indiscutiblemente había llegado la hora de hablar. Bajó las escaleras, para sólo suspirar aliviado. Finn estaba sentado en la mesa, con su eterna cara de dormido y bostezando como un tremendo hipopótamo. El lo salvaría de las preguntas inquisidoras de su padre. Llegó a la cocina y saludó. Se sentó al lado de Finn. Al verlo de cerca lo vio algo deprimido, de seguro extrañaba a Rachel. Que estuvieran separados más de dos días era un tremendo sacrificio para él, si Kurt tenía en cuenta que en la universidad no se separaban más que para dormir en sus dormitorios, corrigió, en la universidad no se separaban nunca.

- Buenos días Finn - dijo al fin Kurt.

- Mmm - sólo contestó su hermano.

- Ya desayunaste?

- Tú hermano ha decidido hacer huelga de hambre - dijo Carole sonriendo.

- Mamá! - Dijo Finn algo cohibido - deja de decir eso.

- Es verdad - Risas de Burt y Kurt - Ha dejado de existir hasta que venga Rachel.

- Es verdad? - Le preguntó Kurt, él bufó y su hermano le dio un abrazo- no te preocupes ella llegará pronto - él sonrió.

- Desayunas Kurt? - preguntó Burt

- Claro - Carole le trajo la taza de té, con tostadas y huevos revueltos - Gracias mamá.

- Debemos hablar - dijo serio su padre - estamos algo preocupados por ti - miró a Carole.

- Si? - dijo Kurt tratando de meterse en la taza. No supo por qué, esa frase no le gustó.

- Ese novio tuyo... - "Ah, era por eso..." pensó.

- Jeff - Finn rió.

- Si... verás es que no es lo que nosotros esperábamos - carraspeó mirando el piso. Kurt le hizo una fugaz mirada a su hermano. Este se encogió de hombros, dándole a entender que no sabía nada.

Aprendiendo a ser Romántico (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora